La migraña es una patología complicada. No solo causa un dolor de cabeza insoportable, sino que también puede provocar vértigos, trastornos visuales, conocidos como aura, fotosensibilidad y hasta náuseas y vómitos. Por el momento no se sabe su causa y tampoco tiene cura. En muchos casos no responde al tratamiento.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
La migraña es un dolor de cabeza que puede causar un dolor pulsátil intenso o una sensación pulsante generalmente de un solo lado. A menudo suele estar acompañada de náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al sonido. Los ataques de migraña pueden durar de horas a días, y el dolor puede ser tan intenso que interfiere en tus actividades diarias.
Algunas personas experimentan un síntoma de advertencia conocido como aura que ocurre antes o con el dolor de cabeza. Un aura puede incluir alteraciones visuales, como destellos de luz o puntos ciegos, u otras alteraciones, como hormigueo en un lado de la cara o en un brazo o pierna y dificultad para hablar.
Según la American Migraine Foundation, una organización sin ánimo de lucro que se dedica a la investigación de la migraña, hasta 148 millones de personas en todo el mundo la sufren de manera crónica. Por tanto, un hallazgo en torno a ella podría representar una vía de investigación y, quién sabe, si también una ayuda para muchas personas.
Hallazgos recientes
Un equipo de investigadores ha encontrado cambios en el cerebro de personas que sufren migraña. Lo que exactamente han visto los científicos es que los espacios perivasculares, que son espacios llenos de líquido que se encuentran alrededor de los vasos sanguíneos del cerebro, son más grandes en las personas que tienen tanto migraña crónica como episódica.
«En las personas que padecen migraña crónica y migraña episódica sin aura, se producen cambios significativos en los espacios perivasculares de una región del cerebro denominada centrum semiovale», afirma el científico médico Wilson Xu, de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. «Estos cambios no se habían notificado nunca antes».
El centrum semiovale es la región central de la sustancia blanca del cerebro situada directamente debajo de la corteza cerebral. No se sabe de todo cuál es la función de los espacios perivasculares, pero desempeñan un papel en el drenaje de los fluidos cerebrales, y su agrandamiento puede ser un síntoma de un problema mayor.
«Los espacios perivasculares forman parte de un sistema de eliminación de fluidos en el cerebro», afirmó Xu. «Estudiar cómo contribuyen a la migraña podría ayudarnos a entender mejor las complejidades de cómo se producen las migrañas».
Procedencia
Aunque la relación entre los espacios perivasculares agrandados y la migraña no está clara, los resultados sugieren que la migraña viene acompañada de un problema con las tuberías del cerebro: el sistema glinfático, responsable de la eliminación de residuos en el cerebro y el sistema nervioso. Este sistema utiliza canales perivasculares para el transporte. Se necesita trabajar más para explorar esta correlación, pero su sola identificación podría ser algo prometedor.
Los investigadores creen que el agrandamiento de los espacios perivasculares podría conducir al desarrollo futuro de más lesiones en la materia blanca.
«Los resultados de nuestro estudio podrían inspirar futuros estudios a mayor escala para seguir investigando cómo los cambios en los vasos microscópicos del cerebro y el suministro de sangre contribuyen a los diferentes tipos de migraña», afirma Xu. «Con el tiempo, esto podría ayudarnos a desarrollar formas nuevas y personalizadas de diagnosticar y tratar la migraña».
Síntomas
Las migrañas, que afectan a niños, a adolescentes o a adultos, pueden pasar por cuatro etapas: pródromo, aura, ataque y pósdromo. No todas las personas que tienen migrañas pasan por todas las etapas.
Uno o dos días antes de una migraña, se pueden notar cambios sutiles que advierten de una migraña próxima, entre otros: estreñimiento, cambios de estado de ánimo, de depresión a euforia, antojos de comida, rigidez en el cuello, aumento de la cantidad de micciones, retención de líquidos o bostezos frecuentes.
Una migraña suele durar de 4 a 72 horas si no se trata. La frecuencia con la que ocurren las migrañas varía de una persona a otra. Las migrañas pueden ser poco frecuentes o aparecer varias veces al mes.
Durante una migraña, se pueden presentar estos síntomas: dolor generalmente en un lado de la cabeza, pero a menudo en ambos lados, dolor que palpita o late, sensibilidad a la luz, al sonido y, a veces, a los olores y al tacto, náuseas y vómitos.
Después de un ataque de migraña, es posible que se sienta agotado, confundido y sin fuerzas hasta por un día. Algunas personas indican sentirse eufóricas. El movimiento repentino de la cabeza podría provocar dolor de nuevo brevemente.