Debido a diferencias políticas, Acuerdo de Escazú creado en 2014 en Chile no había podido ponerse en marcha. Con este nuevo gobierno se dio inicio.
Cuando el presidente electo, Gabril Boric, era candidato, una de sus promesas de campaña era hacer parte de ese tratado ambiental y apenas una semana después de haber tomado posesión del cargo suscribió dicho acuerdo.
Ahora el Congreso ratificó la adhesión de Chile con 31 votos a favor, tres en contra y 11 abstenciones en el Senado. De esta manera, ya son 13 países los que ratificaron este acuerdo ambienta.
Por su parte, la ministra de Ambiente, Maisa Rojas, explicó la importancia asegurando que “esto demuestra que es una política de Estado”. Agregó que la adhesión al tratado muestra que Chile es una democracia ambiental.
El acuerdo fortalece así la defensa de los ambientalistas, sus derechos humanos y garantizando el acceso a la información y a la justicia ambiental. El expresidente Sebastián Piñera no lo había suscrito, puesto que considera que este era ambiguo e impreciso.
A su vez, el exmandatario consideraba que el pacto podría exponer a Chile a posibles demandas internacionales, e incluso daba la posibilidad de que Bolivia reclamara a su país una salida al mar.