La comunidad científica y la sociedad en general aún discute cuáles son los límites éticos de herramientas como la IA.
DIARIO DEL HUILA, TECNOLOGIA
El rol de la inteligencia artificial (IA) dentro del campo científico ha revolucionado la forma de hacer ciencia. Gracias a ésta, se ha facilitado y optimizado el trabajo en la investigación científica, desde la automatización de procesos, el análisis de grandes cantidades de datos o patrones, hasta nuevas formas de gestionar, crear y examinar infinidad de recursos.
Los avances en la tecnología han permitido que la interacción humano-máquina sea más sencilla con la implementación de comandos (prompts), sin tener la necesidad de saber sobre programación avanzada.
Sin embargo, existen preocupaciones sobre el uso de la IA en el ámbito científico (así como en muchas áreas), por ejemplo, la integridad en investigación, el uso y la privacidad de los datos, entre otras. Por tanto, la ética se convierte en un imperativo para crear lineamientos sobre el uso honesto y responsable de la inteligencia artificial.
La IA como potenciador de la investigación científica
Actualmente, se considera a la IA como una herramienta imprescindible dentro del quehacer científico. Dentro del cúmulo de actividades que se pueden realizar con esta tecnología dentro del campo de investigación, se encuentran las siguientes:
Escritura académica.
Gestión, análisis, modelado e interpretación de datos.
Elaboración de tablas e imágenes.
Corrección de estilo (tono, estilo, etc.), traducción y parafraseo.
Simulaciones.
Búsqueda y organización de recursos.
Generador de títulos y palabras clave.
A tal efecto, la Universidad de Galileo ha creado la guía “Cómo utilizar ChatGPT para la investigación científica: Prompts efectivos”. Este manual práctico, didáctico y robusto se enfoca en la creación de prompts especializados para potenciar la investigación científica mediante la IA generativa.
Estas y otras herramientas impulsan el avance en el área de la investigación, mismas que conforme pasa el tiempo se mejoran en diseño, desarrollo y despliegue para asegurar versiones actualizadas y optimizadas para los end-users de estos instrumentos tecnológicos.
De acuerdo con Rocael Hernández-Rizzardini, Director del GES (Galileo Educational System) de la Universidad Galileo:
“La diversidad de herramientas de IA Generativa, provee al investigador actual de una tecnología para acelerar los diversos procesos científicos, muchos de los cuales previamente se hacían con una asistencia computacional básica, pero ahora se proveen capacidades para rápido análisis de contexto profundo, conectar información que antes estaba dispersa, y asistir con IA los diversos procesos de investigación”.
Por tanto, es fundamental que se planteen estrategias, que tengan una base ética y de legalidad, para que los procesos y el mismo conocimiento científico no se vea afectado por las implicaciones de la IA, perpetuando el progreso de la ciencia y el bienestar de la humanidad.
Recomendaciones para implementar IA en investigación
Estas son las recomendaciones elaboradas por el R4C-IRG Grupo de Investigación Interdisciplinar: Pensamiento complejo para todos y la Unidad de Tecnología Educativa del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE) sobre el uso de la IA generativa en el quehacer científico:
-Garantizar la integridad científica y ética al emplear IA en la investigación: se debe considerar como una herramienta auxiliar, pero no como una solución definitiva.
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-Asegurar la confidencialidad de datos personales y cumplir con las normativas globales de protección de estos: se debe realizar durante todo el proceso de su uso.
-Efectuar un análisis crítico de los datos generados por IA: mediante elreconocimiento de sus limitaciones técnicas y la influencia de la calidad de los prompts en los resultados.
-Verificar y validar rigurosamente la información obtenida: asegurar la validez y la relevancia de los resultados, y asumiendo la responsabilidad en su interpretación y aplicación.
-Documentar detalladamente los métodos y herramientas utilizados: especificar claramente la autoría y el grado de contribución de la IA en los resultados de la investigación.
-Actuar activamente para identificar, reducir y evitar sesgos en la investigación: promover un uso íntegro y responsable de esta tecnología.
-Mantenerse continuamente actualizado sobre los avances en IA: diversificar la experimentación con herramientas, y fomentar su uso creativo y efectivo en la investigación.
-Realizar revisiones periódicas y adaptaciones de las normativas de IA: se debe asegurar una alineación continua de los principios éticos con la integridad científica.
-Fomentar la colaboración interdisciplinaria para enriquecer el intercambio de conocimientos: aprovechar la sinergia entre la IA y el conocimiento humano.
-Compartir activamente fuentes de IA relevantes para la investigación y ofrecer formación a otros investigadores sobre su aplicación efectiva.
Es importante destacar que la inteligencia artificial contiene en sí un entorno fluctuante, por lo que su diseño, desarrollo e implementación seguirá en constante crecimiento, así como la adaptación de los lineamientos éticos. Es inevitable pensar que esta tecnología no irrumpa en todas las esferas que atañen al ser humano.
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