Uno de los documentos más completos sobre cómo Singapur se convirtió en una potencia mundial, lo publicó la BBC, de allí tomé algunos datos relevantes de este admirable país.
Singapur se independizó en el año de 1965, en una época en que la fuerza laboral era mayormente pobre y poco calificada, no obstante, en pocas décadas esta pequeña nación asiática de poco más de cinco millones de habitantes logró superar en los rankings de educación a los países más ricos de Europa. Vale la pena resaltar que en el año 2016 ocupó el primer puesto en ciencia, matemáticas y lectura en los resultados de las pruebas PISA anunciados en diciembre de ese año.
Ustedes se preguntarán por qué cito el caso de Singapur y la verdad es una sola, porque fue a través del diseño de una modelo educativo de avanzada, que este país, caracterizado a mediados del pasado siglo XX por su extrema pobreza, pasó a ser una nación industrializada con un elevado nivel de vida, razón por la cual es conocida como “La perla de Asia”, uno de los mayores centros financieros del mundo.
Durante todo el proceso de cambio de Singapur, en manos del primer ministro Lee Kuan Yew, este país asombró a las otras naciones del orbe por sus elevados estándares de educación y competitividad.
Durante los días jueves 16 y viernes 17 de agosto de este mismo año, en la Universidad Surcolombiana, se desarrolla el “Segundo Encuentro de la Ciencia, Tecnología e Innovación para la Gestión”, un evento que no solamente debe convertirse en un escenario académico de intercambio de conocimientos y experiencias, sino que debe ser tomado como un germinador de nuevas propuestas de desarrollo para el departamento del Huila y toda Colombia.
Este importante evento debe permitirnos hacer varias reflexiones, que seguramente los líderes de Singapur hicieron en su debido momento. ¿Será que las bases de formación académica de los niños y jóvenes son adecuadas para llevarlos a una transformación económica, científica, tecnológica, ambiental y social, de nuestro país? Que los resultados de las pruebas de conocimiento respondan a este interrogante.
¿Será que las universidades realmente están ofreciendo programas pertinentes y de calidad, que formen profesionales idóneos, éticos, capaces y competentes, para poder generar verdaderos cambios? Que el contexto actual responda a esta pregunta.
¿Será que los docentes realmente cuentan con la capacidad, el compromiso y la responsabilidad, de generar cambios en las metodologías de formación, para contribuir en esa transformación a la que estamos llamados? Que el nivel educativo de los establecimientos responda a este cuestionamiento.
¿Será que la nación cuenta con un modelo educativo de avanzada, que permita ofrecer condiciones óptimas a instituciones educativas, docentes, universidades, centros de investigación y estudio, entre otros, para lograr alcanzar su mayor nivel de producción científica, tecnológica e intelectual? Que los protagonistas del quehacer académico respondan a este interrogante.
El ministro de Asuntos Exteriores de Singapur expresó hace algún tiempo lo siguiente: “La gente visitará Singapur y dirá: He visto el futuro y funciona”, para anunciar su plan de convertir a la ciudad – estado, en el primer país inteligente del mundo, todo con base en educación enfocada hacia la ciencia, la tecnología y la innovación.