El Colegio Cacique Pigoanza, prometido como un símbolo de progreso para la Comuna 6 de Neiva, se enfrenta al riesgo de convertirse en un elefante blanco, con obras inconclusas, modificaciones irregulares y un futuro incierto que deja a la comunidad en vilo.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Concebido como una institución educativa moderna y estratégica para atender las necesidades de la creciente población de la Comuna 6 de Neiva, el Colegio Cacique Pigoanza se diseñó para ser un referente en infraestructura y calidad educativa. Sin embargo, lo que comenzó como una promesa esperanzadora se ha transformado en un complejo entramado de problemas administrativos, técnicos y financieros que amenaza con dejar el proyecto en el limbo.
El colegio, proyectado bajo un cronograma inicial de ocho meses, debía estar listo a principios de 2024. Con un presupuesto inicial significativo y la participación de actores nacionales en la ejecución del contrato, el proyecto prometía transformar el panorama educativo en esta zona de la ciudad. Ahora, después de varias prórrogas y modificaciones no autorizadas, la obra sigue inconclusa, con un avance que no corresponde al cronograma esperado ni a los recursos asignados.
Un futuro incierto: entre modificaciones y retrasos
Uno de los puntos más preocupantes señalados durante el debate de control político fue la falta de funcionalidad del colegio en su estado actual. Según los informes presentados por la Secretaría de Educación, la segunda planta no es accesible para estudiantes con movilidad reducida, no existe un sistema contra incendios operativo y la red eléctrica aún presenta deficiencias.
“Estas condiciones hacen que el colegio, incluso si se entrega dentro del plazo ampliado, no pueda ser utilizado por la comunidad educativa”, afirmó la secretaria de Educación, Natalia Muñoz. Este panorama obliga a proyectar una nueva serie de inversiones para adecuar la infraestructura, un costo adicional que recaería en las arcas municipales, profundizando el impacto negativo de esta situación.
Por otro lado, las modificaciones realizadas sin consulta previa por el Fondo Mixto Sierra Nevada y el consorcio contratista también han generado un ambiente de desconfianza. Los concejales denunciaron que estos cambios alteraron sustancialmente el proyecto original, sin que el municipio fuera notificado ni aprobara los ajustes.
Un modelo de contratación cuestionado
El modelo de contratación utilizado para la ejecución del colegio ha sido objeto de fuertes críticas, especialmente por la elección del Fondo Mixto Sierra Nevada como operador principal. Este fondo, domiciliado en Valledupar, tiene antecedentes de problemas en otros proyectos a nivel nacional, con casos documentados en regiones como Puerto Gaitán, Meta.
“Este fondo ha sido señalado por incumplimientos y manejos poco claros en diversos contratos del país. No entendemos cómo se le otorgó un proyecto tan importante para nuestra ciudad. Esto no solo afecta a la comunidad de la Comuna 6, sino también la confianza en los procesos administrativos de Neiva”, expresó el concejal Alejandro Serna.
El manejo de los recursos también es un punto álgido. Aunque el municipio ya consignó el 100% de los fondos al contratista, solo el 50% se ha ejecutado hasta el momento. No obstante, no existe claridad sobre cómo se han utilizado estos recursos ni si se han destinado de manera eficiente para avanzar en la obra.
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Repercusiones para la comunidad
Más allá de los problemas técnicos y administrativos, el impacto directo de estos retrasos recae sobre la comunidad. Los estudiantes de la Comuna 6, que debían beneficiarse de esta institución, continúan sin acceso a un espacio adecuado para su formación académica. Esto no solo afecta su calidad educativa, sino que también perpetúa las desigualdades en una de las zonas más vulnerables de Neiva.
La falta de un restaurante escolar, sistemas de accesibilidad y medidas de seguridad básica, como la red contra incendios, agravan la situación. Estos elementos, esenciales para cualquier institución educativa moderna, reflejan las fallas estructurales en la planificación y ejecución del proyecto.
El llamado a las autoridades nacionales
Ante la gravedad de la situación, los concejales hicieron un llamado urgente a la Contraloría General de la República y a la Procuraduría General para que investiguen a fondo los manejos financieros y contractuales de la obra. Además, solicitaron a la Secretaría de Educación que evalúe la posibilidad de declarar la caducidad del contrato si se confirma el incumplimiento por parte del contratista y el interventor.
La secretaria Natalia Muñoz aseguró que, pese a las dificultades, la administración municipal sigue comprometida con la entrega de la obra. No obstante, destacó que las modificaciones y ajustes necesarios para hacer funcional el colegio requerirán tiempo adicional y recursos extra, los cuales deben ser evaluados cuidadosamente para no generar un impacto presupuestal mayor.
Una lección para futuros proyectos
El caso del Colegio Cacique Pigoanza se suma a una lista creciente de proyectos públicos en Colombia que enfrentan problemas de ejecución, falta de transparencia y planeación deficiente. Esta experiencia subraya la necesidad de revisar los modelos de contratación, fortalecer la vigilancia y control sobre los recursos públicos, y garantizar que las obras cumplan con los estándares necesarios antes de su adjudicación.
Mientras tanto, la comunidad de la Comuna 6 sigue esperando que esta obra, concebida para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, pueda finalmente cumplir su propósito y no termine siendo un monumento al desperdicio de recursos y al incumplimiento administrativo.
El debate realizado en el Concejo de Neiva puso en evidencia la preocupación de los concejales sobre los repetidos incumplimientos por parte del Fondo Mixto Sierra Nevada y el consorcio contratista, lo que ha generado un ambiente de desconfianza en torno a la correcta ejecución del proyecto. A pesar de que se habían reportado avances del 89,98% en la obra, la realidad sobre el terreno muestra que la subestación eléctrica, la red contra incendios, los accesos para personas con discapacidad y la red eléctrica no cumplen con los estándares requeridos. La falta de información precisa sobre el manejo de los recursos y las modificaciones no autorizadas al proyecto original son, según los concejales, un indicio claro de la mala gestión y falta de responsabilidad de los responsables de la obra.
A medida que la fecha de entrega se acerca, la Secretaría de Educación y la administración municipal enfrentan un reto considerable. Aunque se han realizado ajustes a los plazos de entrega, la obra sigue estando lejos de estar operativa. Con un proyecto que no cuenta con las condiciones mínimas de funcionalidad y seguridad, la comunidad educativa se encuentra en una situación de incertidumbre. La Secretaría de Educación ha solicitado la intervención de la Contraloría General de la República para que se realice una auditoría exhaustiva y se logren los ajustes técnicos y legales necesarios para que el colegio finalmente cumpla su propósito de ofrecer una educación de calidad para los niños y niñas de la Comuna 6.
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