Por: Danilo Arboleda.
Buscando un término perfecto encuentro en el diccionario de la RAE el significado de la palabra coletazo “Última manifestación de una actividad próxima a extinguirse” y pasados apenas 16 meses de posesionado un desgobierno de izquierda, comunista, “progresista” (avanzado, renovador) y si muy reformista, nos enfrentamos de nuevo a otra insondable crisis ministerial, de la cual no somos ajenos en los territorios.
El Huila sufre otra de las innumerables crisis de inseguridad, nos encontramos de nuevo revictimizados, como olvidar en el lenguaje colectivo de los opitas las palabras, Teófilo Forero, el paisa, edificio Miraflores, Altos de Manzanillo, el avión de aires HK3951, carro bomba en los comuneros, masacre de concejales en Rivera, casa bomba en el barrio la Magdalena, tomas subversivas a Colombia, Maito, Oporapa, Nátaga, Gigante, Vega larga, Santa María, entre otras.
En la historia más reciente la retoma del control subversivo en el departamento es evidente, no podemos olvidar la masacre de 7 policías en Santa María en 2022, nos debe erizar la piel, escuchar el término “disidencias”, así como estremecer el alma el nombre de Paula Milena Ortega Córdoba sicariada vilmente por las FARC en céntrico sector de Neiva en 2023 bajo la mirada indiferente e insensible de la gente.
Ahora no solo existe una estructura terrorista disputando el territorio, sino, dos bloques “disidentes”, la segunda Marquetalia y cuatro frentes, para colmo de males la repartija y la disputa por el control en más de 16 municipios, pero con la misma ideología, finanzas ilegales y toma del poder.
Ya parece normal y es lo más grave ver facciosos ejerciendo control en poblaciones, patrullando las calles, entregando regalos de Navidad y kits escolares a los niños en regiones apartadas y vulnerables, viendo vayas instaladas, persuadiendo a la sociedad civil de su presencia, coaccionándola y convenciéndola de su cogobierno. La comuna 8 de Neiva lo sabe, lo más triste a escasos 7 minutos (en moto) del centro de poder y control del municipio y el departamento (alcaldía y gobernación).
Panfletos amenazantes, llamadas extorsivas, visitas persuasivas para cobrar vacunas, son el pan de cada día a lo largo y ancho de los, 19890 km² del departamento y 37 municipios.
Primordial por parte de las administraciones locales, el uso adecuado de los recursos de la ley 418 y FONSET, su veeduría y administración equitativa entre cada una de las instituciones de la Fuerza Pública; tendientes a fortalecer y ampliar las capacidades, gastos operativos y logísticos, que sean necesarios, para la formulación, diagnóstico, diseño, aprobación, implementación, desarrollo y evaluación en seguridad con el fin de no revictimizar este cálido territorio. Zapatero a los zapatos. ¡Palabra de Espartano!
