Por: José Eliseo Baicué Peña
A 4.150 metros de altura la selección colombiana de fútbol de mayores perdió su primer partido de la eliminatoria al mundial de 2026 ante una Bolivia aguerrida, determinante y efectiva.
El equipo boliviano, sin grandes figuras ni jugadores de talla mundial, jugó un partido con mucha ahínco, táctica y destreza física. Por supuesto, acostumbrados a la altura y a la rápida velocidad del balón, propia de los elevados escenarios, demostraron que no le temían a Colombia, y que por más favorita que sonara, entraron a ganar.
Vale señalar, que está probado que en las grandes alturas la pelota se desplaza más rápidamente.
Colombia perdió su invicto en esta eliminatoria en su partido décimo. En mi opinión es una gran lección. Antes del encuentro, por diferentes medios y círculos sociales, se hablaba de que a Bolivia se le ganaría fácilmente. Que Colombia solo una vez había perdido allá.
Y, es posible, que con ese imaginario se viajó al encuentro.
Pese, a que la selección colombiana trabajó para jugar en altura, y tácticamente estuvo bien planteada, faltó efectividad y contundencia a la hora de anotar. En varias oportunidades deferentes jugadores, como Córdoba y Lucho, fallaron. Le sigue faltando la cuota goleadora al rentado nacional.
Algunos medios de comunicación y redes sociales endiosan a jugadores y técnicos, afectando negativamente su desempeño y decisiones, respectivamente. No se trata de acusar ni de defender, la idea es ser más equilibrados y sensatos.
La selección Colombia no debe creerse de nada ni menospreciar a ningún rival. Colombia aún no ha ganado nada en el fútbol.
Ojalá, el enfrentamiento con Chile en Barranquilla sea más decoroso y efectivo.
Vamos para adelante. Esta vez, el calor no puede ser otro pretexto. Colombia está obligada a ganar.
¡Qué lleguen los goles! Tenemos muy buenos jugadores.