Gloria Camargo
La inflación en Colombia continúa siendo preocupante y, sorprendentemente, este indicador revela que algunas ciudades del país tienen un alto costo de vida, a pesar de lo que muchos podrían pensar. Según el informe «The Global Liveability Index 2023», estas ciudades son Bogotá, Barranquilla y Bucaramanga, ubicándose en el listado de las ciudades con menor costo de vida en América Latina.
En el caso de la capital, Bogotá, obtuvo una calificación de 27,3 puntos, seguida por la capital de Santander, Bucaramanga, con 26,4 puntos, y Barranquilla con 22,6 puntos. Estas tres ciudades destacan en el ranking por tener un menor costo de vida en comparación con otras de la región, pero también muestran un menor poder adquisitivo para sus habitantes.
Por encima de estas tres ciudades, se encuentran otras áreas de la región como Montevideo en Uruguay, Santiago en Chile y Georgetown en Guyana, que tienen un mayor costo de vida pero también ofrecen una mejor calidad de vida para sus residentes.
El listado se basa en indicadores como el costo de hipotecas, precios en bares y restaurantes, salario mínimo y bienes y servicios. En total, se tuvieron en cuenta 549 ciudades de todo el mundo para elaborar el ranking.
Las ciudades que encabezan la lista en términos de costo de vida son Hamilton en Bermudas con 140,4 puntos, seguida por Basilea y Zúrich en Suiza con 130 y 128,5 puntos respectivamente. Lausana y Zug, también en Suiza, completan los cinco primeros puestos.
A pesar de que estas ciudades colombianas tienen un menor costo de vida en comparación con otras de la región, es importante destacar que también presentan un menor poder adquisitivo para sus habitantes. Esto puede afectar la calidad de vida de las personas y su capacidad para satisfacer sus necesidades básicas.
El informe es un llamado de atención para las autoridades y la sociedad en general, ya que revela la necesidad de abordar las problemáticas relacionadas con la inflación y el costo de vida en el país. Es fundamental implementar políticas que promuevan un mayor poder adquisitivo y una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos, garantizando así un desarrollo sostenible y equitativo en todas las regiones del país.
