Según el Director del Centro de Análisis de Datos, DELFOS, de la Universidad Externado, Andrés González Díaz, durante el 2022 descendió el número de homicidios en el país; sin embargo, persiste la violencia en El Catatumbo, El Bajo Cauca Antioqueño, Arauca, el Putumayo, El Andén del Pacífico desde Nariño hasta el Chocó, y la Amazonía.
DIARIO DEL HUILA, INFORME
Los datos ofrecidos en el informe del Centro de Análisis de la Universidad Externado de Colombia en cuanto a la violencia en el país presentan un panorama en el que prevalecen los contrastes. Si bien, respecto al 2021 hubo municipios que históricamente han sido azotados por la violencia que este año tuvieron reducciones significativas en el número de homicidios, otras regiones sufrieron aumentos, incluso mayores al 250 por ciento.
Este es el caso de zonas como el Catatumbo, el Bajo Cauca antioqueño, Arauca, Putumayo, Amazonas y el Andén del Pacífico, desde Nariño hasta el Chocó, donde las tasas más altas de muertes violentas se presentaron por cuenta de enfrentamientos entre grupos armados por el control de territorios, el cual son escenarios de economías ilícitas donde se mueve el tráfico de drogas, oro y contrabando, explica González.
La investigación reveló que, desde enero hasta noviembre de este año, hubo un total de 12.221 muertes violentas, cifra inferior a las 12.671 del mismo periodo del año previo, es decir, 450 casos menos. Sin embargo, esa tasa de 26 muertes (en comparación con las 27 de 2021) está seis veces por encima del promedio mundial.
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Las regiones más golpeadas
La región del Pacífico, Arauca y el Caribe fueron las zonas más golpeadas; en ellas los homicidios superaron el doble del promedio nacional, con aumentos vertiginosos durante 2022. Así pues, en Arauca, la tasa pasó de 58.4 a 105.3 por cada 100.000 habitantes.
El análisis por departamento para el periodo consolidado entre enero y noviembre de 2022 se puede apreciar en la siguiente tabla:
También se aprecia en la tabla que los homicidios disminuyeron significativamente en las ciudades más grandes de Colombia y crecieron en varias del Caribe, especialmente en Cartagena. Por su parte, Cali tuvo un descenso de 22,7 por ciento, seguida por Bogotá (12.9 por ciento). Después de la capital del país están Soledad (10.3 por ciento), Bucaramanga (20 por ciento), Soacha (25.3 por ciento) y Medellín (5.6 por ciento).
En contraste, en el Caribe hubo aumentos inquietantes en el conteo de muertes violentas, como el caso de Cartagena (67 por ciento). También se reportó un incremento alarmante de casos en Montería, donde fue de 71.6 por ciento. A la capital cordobesa le sigue Valledupar, con 41.4 por ciento.
Ciudades intermedias
Entre las ciudades intermedias, Envigado (Antioquia) tuvo el aumento más significativo (166 por ciento), seguida por Barrancabermeja, Santander (134 por ciento). En este sentido, aunque varias ciudades intermedias del Valle del Cauca se encuentran entre las más afectadas, en otras, la cantidad de personas asesinadas disminuyó, como fue el caso de Buenaventura, que, a pesar de ser cuarta en la lista, mejoró un 41.7 por ciento con respecto al año previo.
Por su parte Buenaventura, en 2021, tuvo una tasa de muertes violentas de 61.6 por cada 100.000 habitantes; el doble con respecto a la de 2020, haciéndola una de las más altas del país. Sin embargo, la ciudad portuaria tuvo 85 días sin homicidios, hasta el 12 de diciembre, día en el cual supuestos integrantes de dos bandas locales (Shottas y Espartanos) se enfrentaron a bala, causando la muerte a una persona y heridas a otras dos.
¿Y las disidencias qué?
Por su parte, desde el año 2017 hasta diciembre del 2022, la Defensoría del Pueblo ha advertido sobre la presencia las disidencias de las Farc en distintas zonas del país. Según la entidad, el accionar de las disidencias alcanza 237 municipios y 29 departamentos del territorio nacional, principalmente en los departamentos de Antioquia, Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá y Valle del Cauca.
Ahora bien, el actúan varía según la región en la que delinquen. En el caso de Arauca se encontró que el territorio es óptimo para que ellos obtengan rentas, financiándose con la extorsión y los conocidos secuestros exprés, además de las actividades ilegales de contrabando de ganado y bienes, sumando al robo de combustible en la zona de frontera colombo-venezolana.
En el caso del departamento de Caquetá, las disidencias creadas por Gentil Duarte han aplicado los manuales de comportamiento de las antiguas Farc, logrando la estandarización de cobro de extorsiones y restricción la movilidad. Y, a su vez, en la región del Catatumbo, el grupo armado ilegal mantiene la disputa del territorio con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según un comunicado emitido por la Defensoría del Pueblo, las disidencias de las Farc también han mostrado especial interés por el suroccidente del país. Las estructuras Dagoberto Ramos y Jaime Martínez tienen una abierta articulación con economías ilícitas, repartiendo el territorio y asentándose en la región, por medio de la imposición de normas, impartiendo justicia en veredas y poblaciones rurales, y propendiendo por el control de la población civil donde identifican aliados y enemigos.
Finalmente, en la región de la sur Amazonía, las disidencias de las Farc, con los autodenominados Frente Primero Carolina Ramírez y Comandos de la Frontera (adscrita a la Segunda Marquetalia), intensificaron sus acciones armadas y violentas contra la población civil, al igual que buscan obtener el control territorial en zonas estratégicas de Puerto Leguízamo, Putumayo.
Vale mencionar que las principales fuentes de financiación de las disidencias son el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando, con un reciente incremento en los préstamos gota a gota. No obstante, varias de las alertas que se emitieron se dieron luego de conocerse la presión ejercida por las disidencias sobre la población civil, debido a que se ha podido identificar amenazas a personas defensoras de derechos humanos, líderes y lideresas sociales siendo estas unas de las practicas más recurrente. No es gratis que El número de líderes sociales asesinados en el país sea la cifra más alta desde 2016 —que se lleva registro—, según el informe entregado por Delfos.
Municipios con menos homicidios
Un dato revelador es que, en 2022, no hubo homicidios en 208 municipios hasta finales de noviembre; esto es cerca del 20 por ciento del total de municipios de Colombia. La mayoría de los municipios con cero homicidios pertenecen a regiones de los departamentos de Boyacá, Cundinamarca y Santander. Algunos otros en Amazonas, Quindío, Huila y Meta.
Por su parte, en el caso de delitos como le hurto, el estudio revela un aumento de 21.3 por ciento en el número de casos en el país. Las ciudades con el mayor número de casos de este delito fueron Bogotá (114.308), Medellín (26.625) y Cali (21.318). Valga mencionar que en la mayoría de ciudades grandes hubo un aumento, a excepción de Buenaventura (Valle), donde hubo un descenso de cuatro por ciento.
Los suicidios, otra cifra
Finalmente, en el 2022 aumentaron los suicidios en Colombia. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, los casos de suicidios presentaron un aumento en el país entre el periodo de enero y octubre de 2021 cuando se presentaron 2.230 casos y entre enero y octubre de 2022 cuando aumentó a 2.339. Los municipios con mayor número de casos en 2022 son Bogotá (323), Medellín (178), Cali, Valle (95) Pasto, Nariño (45) y Cartagena, Bolívar (36).
