Por: Faiver Eduardo Hoyos
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Ha pasado una semana desde que se llevaran a cabo las elecciones legislativas al Congreso de la Republica. Unas elecciones atípicas, en donde por primera vez en la historia del país un movimiento de izquierda será la fuerza más numerosa en el Congreso.
Lo que parecía imposible solo hace algunos años, hoy es una realidad. La radiografía de las elecciones al Congreso nos permite confirmar que el pueblo colombiano se cansó de las mismas decepciones año tras año. Era hora de pasar de la protesta pacífica en las calles a la revolución democrática en las urnas.
La ciudadanía debía demostrar con resultados electorales todo el descontento que reflejaron durante meses en el gran estallido social. Y así fue. Aunque nuevamente el abstencionismo fue gran protagonista, las personas que salieron a votar lo hicieron en su gran mayoría pensando en una renovación política.
En un país como Colombia el cual históricamente ha sido gobernado por la derecha, es paradójico que hoy las mayorías en el Congreso no le correspondan, pero es necesario entender que han sido las nefastas decisiones del gobierno actual y los anteriores, las que han promovido que hoy el electorado se haya trasladado de derecha hacia el centro y un poco más hacia la izquierda.
Estás elecciones legislativas han trazado un camino para las presidenciales. Las opciones se empiezan a cerrar y los candidatos empiezan a aceitar sus alianzas y diferentes estrategias. Desde ya se perciben unas elecciones polarizadas como ha sucedido en los últimos años, en donde millones de colombianos tendremos la oportunidad de salir a escoger entre el continuismo de lo mismo, o quizás, un nuevo proyecto político como viene sucediendo en diferentes países de Latinoamérica.
Lo cierto es que Colombia recapacitó y no la calma nadie. Se cansó de la avaricia de sus mandatarios y la corrupción que los sumerge. Nos cansamos de las injusticias y los falsos testigos. De los abusos y malos tratos por parte de nuestros dirigentes. La ciudadanía se “mamó” de que se sigan robando nuestros recursos públicos en nuestra cara, sin al menos sonrojarsen. De los asesinatos y la represión contra los estudiantes. Nos cansamos del abandono a nuestros campesinos y de las clases sociales más desprotegidas. Colombia toma aires nuevos y no la para nadie!!!
NOTA 1 – Sería una vergüenza mundial de confirmarse el supuesto fraude electoral del pasado 13 de marzo. De ser así, aún hay tiempo para blindar las elecciones presidenciales y no permitir que la corrupción piense en salir victoriosa.
NOTA 2 – Quedó demostrado en el Huila que los caciques políticos tradicionales están mandados a recoger. Los huilenses escogieron la renovación y seguramente así lo harán para las próximas elecciones regionales.
