Más de 200 familias que han vendido productos tradicionales durante generaciones en El Hobo, temen por su subsistencia debido a la reubicación ordenada por las autoridades.
Diario del Huila, Panorama
En una disputa que combina la tradición, la subsistencia y el progreso urbano, los comerciantes ambulantes estacionarios del municipio de El Hobo, en el centro del departamento del Huila, se enfrentan a un cambio radical en su forma de vida. La sentencia emitida por el Juez Segundo del Circuito de Neiva ha determinado que la Alcaldía deberá reubicar a estos vendedores en un plazo perentorio.
La orden judicial, que data del 10 de octubre de 2017, instruye a las autoridades locales a trasladar a los comerciantes, que actualmente ocupan el espacio público en el parque Simón Bolívar y a lo largo de la vía, al «Parador Turístico» de manera definitiva.
Esta decisión se fundamenta en la necesidad de despejar la zona debido a la construcción de la autopista 4G Neiva-Campoalegre-Pitalito-Mocoa-Santana, proyecto desarrollado por el concesionario Ruta Al Sur.
Sin embargo, para los comerciantes, esta reubicación representa más que un simple cambio de ubicación. Durante años, estas familias han dependido de la venta de productos como avena, almojábanas, bizcochos y quesillos en esa área, convirtiéndola en una parada tradicional para viajeros que se dirigen al sur del Huila y al interior del país. La resistencia a abandonar sus puestos radica en la convicción de que su ubicación actual es vital para su supervivencia.
«Exigimos que nos ayuden con una reubicación digna«, expresó Nancy Polanía, representante de la Asociación de Vendedores Ambulantes y Estacionarios. Durante una manifestación pacífica llevada a cabo el pasado viernes, los vendedores solicitaron condiciones adecuadas que aseguren mantener sus niveles de ventas, tal como lo han hecho hasta ahora. También han pedido la intervención del gobernador del Huila, Rodrigo Villalba Mosquera, para buscar una solución que satisfaga a todas las partes involucradas.
Nury Nidia Jiménez Montealegre, conocida popularmente como ‘La Mona’, y quien ha dedicado toda su vida a vender cucas y almojábanas en las inmediaciones del parque Simón Bolívar del municipio de Hobo, expresó su inconformismo al asegurar que se sienten burlados por las autoridades locales.
«No hay derecho a que nos hayan engañado con este fallo. Sí sabíamos que existía, pero los alcaldes y gobernantes anteriores jugaron con nosotros. No tenían derecho a hacerlo. Somos más de 200 personas que dependemos de este oficio en la plaza central. Somos un apoyo y agentes que mueven la economía de esta población«, expresó Jiménez Montealegre.
«Estamos protestando pacíficamente. No estamos en condiciones de generar pelea. Lo que queremos es una reubicación justa. Queremos apoyo y no arbitrariedades como las que piensan hacer con nosotros. Solo nos han dado dos meses para ser reubicados«, exhortó Jiménez Montealegre.
Lilia Johana Bernal Gómez, otra de las afectadas, pidió a las autoridades que se pongan en sus zapatos y comprendan que muchas familias dependen de este oficio ancestral, el cual no surgió de la noche a la mañana y ha sobrevivido a través de generaciones. «No tenemos más trabajo. Esto es lo único que sabemos hacer y lo que nos permite llevar sustento a nuestras familias«, declaró Bernal Gómez.
Salida a la crisis
Ante esta crisis, el alcalde de El Hobo, Yhon Albert Mora, aseguró que ha estado trabajando arduamente desde que asumió el cargo hace cuatro meses. Durante este tiempo, se han llevado a cabo varias reuniones con los vendedores ambulantes del parque central del municipio para informarles sobre la sentencia resultante de una Acción Popular relacionada con la ocupación del espacio público.
El fallo judicial estableció tres etapas: primero, la caracterización de los vendedores; segundo, una reubicación temporal; y tercero, una reubicación definitiva. Aunque administraciones anteriores han intentado abordar el problema mediante mesas de trabajo y estudios de infraestructura para una reubicación definitiva, el municipio de El Hobo se enfrenta a desafíos únicos.
El alcalde reconoce las dificultades, especialmente la limitación de recursos para construir una estructura adecuada que satisfaga las necesidades de los comerciantes como proveedores de alimentos. A pesar de haberse realizado varias reuniones hasta la fecha, el tiempo apremia, ya que solo quedan dos meses para cumplir con el fallo judicial.
«Es una situación compleja«, señaló el mandatario local, refiriéndose a la urgencia de encontrar una solución viable dadas las circunstancias y los plazos establecidos por la sentencia.
Propuesta de los vendedores
Por su parte, Nancy Polanía y los comerciantes indicaron que tienen una propuesta clara: acatar la reubicación temporal mientras se define un lugar permanente que garantice su sustento, pero que esta reubicación temporal se autorice en el mismo lugar en el que hoy están y que es motivo de la discordia. Argumentan que el «Parador Turístico» propuesto no es viable para ellos, ya que carece de las condiciones necesarias y atractivas para atraer a los clientes.
“La idea es que nos dejen ahí donde actualmente hemos estado trabajando, mientras nos definen el parador definitivo, pues el que hay a la salida del pueblo no es viable para nosotros, pasa una quebrada, donde hay una pesquera cerca y emana malos olores. Vendemos alimentos, Ya hicimos el trabajo y nunca funcionó. Nosotros dependemos de la plaza central”.
En este contexto, el alcalde ha anunciado su intención de explorar otras opciones, como negociar con propietarios de terrenos cercanos a la Ruta al Sur. El objetivo es encontrar una ubicación que satisfaga las necesidades de los comerciantes y que sea favorable tanto para ellos como para el desarrollo urbano del municipio.
“Existe una posibilidad de hablar con dueños de predios que se encuentran sobre la Ruta al Sur, para mirar todas las viabilidades que permitan reubicar a los vendedores de almojábanas, cucas, bizcochos, avena, cebada, quesillos, entre otros muchos alimentos que se ofrecen a los viajeros a su paso por este emblemático municipio del centro del Huila”.
A medida que se acerca el plazo para la reubicación, la incertidumbre y la tensión aumentan en El Hobo. ¿Será posible conciliar los intereses de los comerciantes con las exigencias del desarrollo urbano? Esta pregunta queda pendiente mientras las autoridades y los comerciantes buscan una solución que resguarde tanto las tradiciones como el progreso de la comunidad.