La Comisión de la Verdad en un pronunciamiento invitó ayer al Gobierno y al Comité Nacional de Paro a que inicien la negociación que calificó como “impostergable” para buscar salidas a la crisis que vive en este momento Colombia.
“Por eso es necesario que el Gobierno acoja cuanto antes las garantías de diálogo que pide el Comité Nacional del Paro y que éste no se pare de la mesa e inicien ya la negociación impostergable”, dijo la Comisión de la Verdad a través de su presidente, el padre Francisco de Roux.
Añadió que “cargamos el dolor desgarrador de más de 50 muchachas y muchachos asesinados. Pedimos que no maten más. Que no usen contra la vida las armas del Estado y que atajen los disparos de civiles. Que no haya más torturas, ni violaciones a mujeres ni desaparecidos, ni heridos de bala. Que el Gobierno actúe firme, públicamente, contra las acciones violentas que se han hecho desde instituciones del Estado”.
Agregó que “pedimos también que no haya policías del mismo pueblo muertos, ya dos o tres y otros heridos y quemados. Es intolerable que está explosión de esperanza, allí donde es mal manejada desde el Estado, se convierta en un baño de sangre”.
Agregó la Comisión de la Verdad que los bloqueos de carreteras y ciudades “han mostrado la determinación de los jóvenes y de las comunidades populares, indígenas y afro a no aceptar más la injusticia intolerable.
Pero el bloqueo nacional indefinido lleva al mismo tiempo costos inmensos para el pueblo en alimentación, salud y buen vivir y pérdidas enormes de bienes para toda la sociedad que no pueden seguir acrecentándose”.
Dijo también que el análisis de las causas del conflicto “nos ha enseñado que una vez que se mete la violencia de asesinatos, odios y venganzas, la confrontación convertida en un fin en sí misma lleva a la degradación y la deshumanización y se naturalizan violaciones salvajes a los derechos humanos”.
Finalizó la Comisión que “estamos convencidos de que el espíritu de dignidad y justicia que se expresa en esta manifestación ciudadana nos llevará, en la escucha y el diálogo y a una democracia más profunda e incluyente donde nadie sea considerado como enemigo y todos y todas disfrutemos de las condiciones para vivir plenamente como seres humanos”.
