Aunque la gastroenteritis es muy común en la infancia y suele cursar sin gravedad, existen pautas para lograr una rápida recuperación y evitar la deshidratación de los pequeños.
La gastroenteritis es el trastorno digestivo más común en niños y niñas. Aunque normalmente no reviste gravedad, es la segunda causa de consulta en urgencias hospitalarias, según la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Se trata de la inflamación de la mucosa del estómago e intestino que provoca la disminución de la consistencia de las deposiciones o un aumento de su frecuencia. Sus síntomas más característicos son diarrea, vómitos, falta de apetito, dolor abdominal y fiebre.
Esta enfermedad suele ser común en niños y niñas menores de 5 años. Suele producirse por un virus (rotavirus o noravirus), bacteria o parásito intestinal. El pico de incidencia de los episodios de gastroenteritis suelen ocurrir entre enero y marzo.
El doctor Julio Maset, médico del laboratorio farmacéutico Cinfa, explica que la enfermedad “suele ceder espontáneamente”. No obstante, si se prolonga, hay peligro de sufrir deshidratación, especialmente en bebés y niños pequeños.
Por ello, el médico recomienda a los padres y cuidadores “estar atentos a posibles signos como boca seca, llanto sin lágrimas, ojos hundidos y menor cantidad de orina”.
Evitar refrescos, bebidas isotónicas y jugos
Para evitar la deshidratación, el niño debe ingerir líquido después de cada vómito o deposición.
El doctor Maset desaconseja “forzar al niño a beber y opta por dar líquido solo si tiene sed y en pequeñas cantidades”.
“Los sueros de rehidratación oral cada poco tiempo constituyen una buena opción, mientras que se deben evitar las bebidas isotónicas, zumos y refrescos, ya que contienen una gran cantidad de azúcar, no recomendable en estos casos”, apunta el experto.
La dieta para la gastroenteritis tiene que estar compuesta de alimentos blandos, evitando el exceso de azúcares y grasas. No es necesario el ayuno ni seguir una dieta astringente.
Maset recuerda que los lactantes “deben continuar la lactancia materna o el tipo de leche habitual, sin alterar la fórmula y ante cualquier duda, consultar con el pediatra”.
Por último, el doctor recomienda extremar las medidas de higiene para evitar posibles contagios y “no perder el hábito adquirido en la pandemia de lavarse bien las manos después de ir al baño y antes de preparar los alimentos”.
Decálogo para curar la gastroenteritis en niños
El médico de Cinfa propone diez consejos a seguir para curar la gastroenteritis en los niños:
-Hidratación adecuada: deja que tu hijo se hidrate con frecuencia para que recupere líquidos y sales, pero sin forzar a beber para evitar provocar nuevos vómitos.
-Opta por soluciones de rehidratación y evita bebidas isotónicas: los sueros de rehidratación oral son buenas opciones. Los zumos, refrescos y bebidas isotónicas no son recomendables para la gastroenteritis.
-Vuelve a la alimentación habitual lo antes posible: ofrece al niño los alimentos habituales de su dieta y desecha aquellas opciones con exceso de azúcar y grasa. Es desaconsejable el ayuno o una dieta astringente.
-Continúa la lactancia: salvo indicación del pediatra, él bebe debe seguir tomando el pecho y mantener la leche sin alterar la fórmula o la concentración.
-Controla la deshidratación: si presenta labios y boca secos, no orina o tiene los ojos hundidos, puede ser que el niño padezca deshidratación. En bebés pequeños, el hundimiento de la zona blanda de la cabeza suele ser una señal de deshidratación.
-Consulta sobre probióticos al farmacéutico: los probióticos son alimentos que contienen microorganismos vivos que repoblan la flora intestinal y acortan la duración de la diarrea.
-No suministres medicación salvo indicación pediátrica: no existe medicación específica para tratar la gastroenteritis vírica. Evita dar medicamentos a tu hijo y sigue las indicaciones del pediatra.
-Extrema la higiene: enseña a tu hijo a lavar adecuadamente sus manos con agua y jabón durante al menos 15 segundos. Por tu parte, lávate las manos después de ir al servicio, asear a tu pequeño y antes de comer o cocinar para evitar el contagio. Si hay vómitos, debes desinfectar bien el hogar.
-Quédate en casa: se debe limitar la actividad del niño hasta que se encuentre mejor para no contagiar a compañeros y profesores.
-Pregunta al pediatra ante ciertos síntomas: si hay deshidratación, fiebre alta o sangre en las deposiciones, debes acudir inmediatamente al médico.