Por: Harold Salamanca
La Organización de Naciones Unidas (ONU) define la participación ciudadana digital como “el proceso de involucrar a los ciudadanos a través de las TIC en la formulación de políticas, toma de decisiones y diseño y prestación de servicios, de manera que sea participativa, inclusiva y deliberativa”. Según un estudio sobre E-Gobierno 2018 realizado por la ONU, son Dinamarca, Finlandia y la República de Corea los países que se posicionan como los líderes mundiales en este ámbito, por Latinoamérica sobresalen Brasil, Uruguay y Argentina.
La participación ciudadana digital, o E-participación, está estructurada en tres niveles, que podemos enumerar así: i) E-Consultas, con esta práctica se busca que el gobierno consulte a la ciudadanía sobre elaboración de proyectos o la definición de nuevas políticas. ii) E-Información, la intención de esta práctica, es que las personas tengan disponibilidad de la información en línea, 24 horas del día, todos los días de la semana. iii) E-Decisiones: con esta práctica se pretende lograr la participación directa de los ciudadanos en los procesos de toma de decisiones, para que hagan su aporte desde su conocimiento y sus experiencias.
Según reporte de la cartera de Tecnologías de información TIC´s, Colombia hoy cuenta con una carpeta ciudadana digital para hacer trámites con el Estado, y por medio de esta se pueden realizar once (11) trámites y servicios en línea, cifra que muestra un avance muy bajo frente a la cantidad de trámites, consultas y documentos con los que tenemos que lidiar los colombianos todos los días. También está en deuda el gobierno con la ciudadanía, con la implementación de canales y mecanismos digitales que permitan la participación digital, la aplicación de encuestas, la consulta del pensar popular frente a las iniciativas del estado, y el más importante, acabar con el síndrome del papel o del certificado.
El desarrollo de la estrategia y la gestión de la agenda digital del gobierno nacional, debe avanzar a paso acelerado hasta que los ciudadanos y las empresas puedan manejar una relación fluida con las entidades públicas, de doble vía, y que esté construida sobre pilares como participación, eficiencia, disponibilidad, agilidad, consistencia y fiabilidad del dato, transparencia y participación. El gran reto para nuestros gobernantes, es aprovechar las amplias e innumerables posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, acercar el gobierno al pueblo, y poner a las entidades públicas y del estado, de verdad al servicio de las necesidades del ciudadano.
