Alfonso Vélez Jaramillo
No se necesita ser especialista ni mago para saber quien no quiso ni tuvo voluntad política de terminar las obras del estadio de Neiva, paralizadas luego del accidente en el que murieron lamentablemente varios trabajadores.
Solo ahora que existe el peligro de que la Dimayor o el gobierno le den por tomar medidas para prohibir jugar al Atlético Huila en Neiva, porque el escenario no ofrece las garantías y la seguridad para el público, nos vamos a dar cuenta de la magnitud de una mala decisión tomada por impulso y politiquería.
El sentido común lo puede tener cualquier persona, en este caso, mejor, si es un profesional en el ramo, como Juan Carlos Patarroyo, ingeniero y actual presidente del Club Atlético Huila, quien rehúsa ser mediático, pero decidió hablar sobre este tema.
Primero, acusó a la administración municipal de entonces, la dueña del estadio, como responsable de no proseguir los trabajos, sin referirse a ninguna persona en particular, aunque para saberlo es muy fácil y no se necesita mucho esfuerzo. Fue la de Rodrigo Armando Lara.
Doy crédito a Patarroyo, porque es apolítico, no tiene intereses en las elecciones, no pertenece a ningún partido, no aspira a cargos de elección popular, no está favor o en contra de nadie y defiende los intereses del Club Atlético Huila, el alma, el espíritu y el que despierta el vínculo sociológico cuando hace buena campaña.
No se explica cómo subsiste este equipo sin tener donde jugar con público para recibir el aliento y hacer algo de taquilla.
Para mí, el directo responsable de la parálisis total de las obras la tiene el alcalde de entonces Rodrigo Armando Lara Sánchez, no Rodrigo Lara Restrepo el senador.
Lara Sánchez se opuso rotundamente a terminar los trabajos e inclusive abandonó las obras y no volvió a preguntar por ella y declaró la caducidad del contrato, en lugar de buscar su terminación, como debe ser el fin de las obras públicas, cuyo objetivo es el beneficio de la comunidad.
El alcalde Lara recibió unos cinco mil millones de pesos de la aseguradora y no quiso terminar la obra.
La Contraloría, textualmente señala en la página 589 de 646 del Auto 0948 el 12 noviembre de 2019, que “existía una ausencia de control y vigilancia por parte del alcalde Rodrigo Armando Lara Sánchez, sobre la ejecución de este proyecto, calificado como prioritario por la administración”, así se simple.
Si digo mentiras, desmiéntame doctor Lara, a quien Le endilgaron responsabilidad fiscal por 3.500 millones, que por política, no se sabe como se la rebajaron posteriormente.
Dijo Patarroyo, “No tiene explicación que una obra que estaba proyectada para dos años, ahora siete años después este parada, la salida debió haber sido otra, debió haberse terminado y no recibir los cinco mil millones de pesos de la aseguradora y la situación sería otra”.
“Parar la obra del estadio fue lo peor que pudo haberle pasado al mismo estadio, a Neiva el Huila a los huilenses. El panorama del estadio es negro, no sé hasta cuándo puede estar el Atlético Huila en Neiva jugando en un cementerio como el que hay, en cualquier momento nos van a sacar, cuando nos saquen me van echar la culpa a mí, la historia dice que los culpables son otros, pero así es”.
En cambio el ex presidente del club Jorge Fernando Perdomo Polanía, dijo ”Alfonso que su animadversión con el ex alcalde Lara no le haga perder su objetividad y profesionalismo”.
Yo le respondo al doctor Jorge Fernando, gracias por su sugerencia ¿quién era el alcalde cuando ocurrió el colapso de las lozas del estadio? Lara. ¿Quien recibió unos 5 mil millones de las aseguradoras?, Lara. ¿Quien declaró la caducidad del contrato? Lara. ¿Quien se gastó una millonada, casi cinco mil millones en estudios del estadio, entre otros el de de la Universidad Nacional y no hizo nada? Lara. ¿Quien se atravesó a la terminación de las obras previstas? Lara. Si no fue Lara miento, repito, todo esto ocurrió en el Gobierno Lara, quien fue inferior a encarar el desafío de una ciudad sin estadio, luego de un lamentable accidente.
Y lean lo que dice Felio García Cardozo, otro ex presidente del Atlético Huila. “Efectivamente, fue una forma improcedente e ilógica de RODRIGO ARMANDO LARA SANCHEZ para el manejo y desarrollo del incidente, la obra debió continuar con los respectivos Planes de «choque» técnicos y administrativos y con una efectiva dirección y Supervisión (desde luego parte del incidente se debió una deficiente Supervisión) y continuar ejecutando la obra con los correctivos necesarios, entiendo el contratista estaba dispuesto a asumir; pero la forma obtusa, imponente y conflictiva, el reflejo de su comportamiento, hizo que naciera el elefante blanco (Padrino Lara Sánchez), que ahora le vale 90 mil millones al estado (a lo Huilenses), más +, 30 mil millones, que según he conocido, los contratistas han demandado al Municipio por el proceso y seguro vendrán más demandas y ganarán. No es la primera obra con incidentes técnicos y humanos (fue lo lamentable) en Colombia y en el mundo, cuando se presentan, se siguen con reorganización, cordura y lógica, y se terminan. Ese es el resultado de la inexperiencia e improvisación y de la entretención del mandatario de predicar una falsa transparencia”, que opinan ustedes amables lectores, nada de política.