Durante los tres días de las audiencias públicas donde los siete exjefes máximos de las extintas Farc, sobre los crímenes de guerra y de lesa humanidad que fueron cometidos durante las prácticas detestables del secuestro ocurridos en el periodo del conflicto armado que vivió el país, durante más de cinco décadas, se han escuchado confesiones dramáticas y macabras que tuvieron que soportar estas indefensas personas que sobrevivieron y otras que murieron por esta guerra inhumana. Así estos sindicados, están respondiendo al país, especialmente antes las victimas por este delito abominable del secuestro.
Era grande la expectativa en torno a esta audiencia, con estos reinsertados por los crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos durante los secuestros en el conflicto, que contribuyeron a romper el corazón de millares de familias colombianas. Por fin dieron la cara de manera pública a quienes padecieron este azote, al país y a la justicia. Aunque fueron denunciados y rechazados por los asistentes, como unos vulgares delincuentes que se encuentran libres y algunos de ellos son congresistas. Estos son los sapos que debemos tragarnos por cuenta del Acuerdo Renegociado de Paz. Es un costo bastante alto, que tiene que pagar la sociedad colombiana, para buscar la reconciliación nacional.
Decimos de manera pública, pues hay que reconocer que en espacios privados ya se venían dando encuentros entre víctimas y victimarios, siguiendo recomendaciones internacionales y nacionales de expertos en justicia restaurativa. A pesar de todos estos rechazos, es loable que se desarrollen estas audiencias auspiciadas por la JEP, aunque sean antipopulares. Pero vale la pena para acercarnos a la verdad que esperan las víctimas del conflicto en Colombia. Los colombianos hemos podido observar en directo a través de los medios digitales que han transmitido en vivo para conocer en directo las confesiones de los desmovilizados, cumpliendo con su palabra, sus promesas de verdad y reparación. Así lo amerita, aunque nos duela.
Se conocieron sobre temas relacionados con los falsos positivos. Éstos sacudieron al país en un sentido mayoritariamente aceptable, sobre todo en términos de los que espera del trabajo de la justicia transicional. Esta sociedad, que busca avanzar y espera justicia para sanar sus heridas, lo necesita. Aunque falta mucho trecho en el camino hacia la reconciliación, pero estas audiencias públicas son una muestra de la importancia de apostar a la paz y a los mecanismos de justicia transicional.
Podemos afirmar que estas audiencias de reconocimiento de responsabilidad, observamos a los altos mandos de las desaparecidas Farc al ser confrontados de manera directa por las víctimas, interrogados en sus silencios, cuestionados por la falta de reparación económica y motivados a seguir aportando a la verdad. También presenciamos un reconocimiento inequívoco de responsabilidad, algo que hace unos años e incluso durante las negociaciones de paz en La Habana se creía imposible.