“Un CEO puede tener un alto desempeño, pero si no tiene una alta integridad puede ser vulnerable para actos de corrupción” dicho por Ben W. Heineman Jr. Lo anterior puede conllevar a una cadena de situaciones graves dentro de una organización desde la afectación de la reputación de una empresa hasta inclusive puede ser el inicio del fin de ella. Casos como la empresa energética Enron que llegó a ser la séptima compañía más grande de los Estados Unidos en el año 2000 pero que tan solo en un año después se declaró en quiebra, que, según la Corte de ese país, “…los pasivos se convirtieron en activos, los créditos se presentaron como ingresos y todos los beneficios fueron inflados…” Eran estados financieros maquillados para engañar a sus inversionistas cuya deuda llegó a ser de 30 billones de dólares. Esto le costó la pérdida de más de 20 mil empleados y el fin de la sociedad de auditoría y contabilidad más grande del mundo llamada Arthur Andersen. Este escándalo se dio a conocer por el periodista Bethany McLean en su columna de la revista Fortune, titulada “¿Is Enron Overpriced?”.
No muy lejos, el caso de la empresa colombiana llamada Interbolsa es similar. Este es el gran problema del maquillaje de la información. Y así podemos encontrar muchos casos más. Y es que en la economía colombiana es fundamental la confianza que genera el mercado en los inversionistas tal como lo llama Aurelio Suárez en su libro “Confianza Inversionista” donde menciona que el éxito financiero de las empresas debe ser proporcional con los indicadores sociales. Índices como el desempleo, la desigualdad, la pobreza, y el acceso a los servicios básicos como la educación y la salud deben ser coherentes con los resultados de las empresas.
De hecho, la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) trata de encaminar dicha relación entre la empresa y la sociedad, donde las empresas son responsables ante los compromisos ambientales, comunitarios y sobre todo de la ley. Una relación socialmente estable por parte de la empresa genera la confianza necesaria que requiere cualquier inversionista, ya que la RSE servirá como un verdadero elemento de diferenciación al momento de tomar una decisión. Esto se logra si se tiene al CEO indicado que no solo reúna un excelente desempeño, sino que también coincida con todas las condiciones que generen confianza por sus buenas prácticas de transparencia.
