Todas las bolsas del mundo han presentado indicadores negativos desde que se inició hace 5 días la invasión rusa a Ucrania, producto de los apetitos políticos y económicos de mantener a este país bajo la elite rusa. El presidente Vladimir Putin tomó la decisión de apoderarse de este territorio de un valor estratégico para los intereses de esta Nación, que, a pesar de las amenazas de los países occidentales aliados a los Estados Unidos, empezó a sangre y fuego a tomarse las principales ciudades ucranianas y a su capital Kiev.
Así se cierne un panorama económico incierto porque están manchados de cifras en rojo las jornadas de la semana anterior en las bolsas de valores del mundo. Es un escenario que puede repetirse a lo largo de las próximas semanas en la medida que la tensión militar, entre Rusia y los países de occidente, se incremente. Desde hace varios años que esa tensión no se experimentaba en el comercio, la política y las comunidades de la amplia y rica frontera que comparten Rusia y los países que se han ido desgranando hacia Europa para hacer parte de la Unión y lograr niveles de bienestar y desarrollo que les han sido negados durante y después de la caída de la Unión Soviética.
Las esperanzas de que el Banco de la República mantenga las tasas de interés inalteradas para el segundo mes del año parecen diluirse ante las externalidades y el efecto que sobre el dólar pueda tener la disparada del precio del barril de petróleo. El viernes, los precios del petróleo cayeron luego de registrar fuertes aumentos al inicio de la sesión debido a la preocupación por posibles interrupciones en el suministro global a la luz de las sanciones contra Rusia.
El jueves, el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia hizo que los precios del crudo WTI treparan por encima de los 100 dólares el barril por primera vez desde 2014, y el Brent tocó los 105 dólares, antes de reducir las ganancias al cierre de la jornada.
Siempre los incrementos en el costo del crudo a nivel internacional se reflejan en la economía doméstica, primero por su impacto en la tasa de cambio, y segundo por su efecto en el transporte, pues es un hecho que el galón de gasolina decretado por el Ministerio de Minas y Energía para febrero será superior, presionando más el Índice de Precios al Consumidor, cifra ya desbordada al compararse con las previsiones del Emisor y el Ministerio de Hacienda para este año que ronda 4%. Pero el conflicto, que está escalando a su fase bélica, tiene grandes consecuencias en los precios de los comodities, en esas materias primas de nivel básico que se encuentran silvestres en todos los países.