La inseguridad ciudadana se ha convertido en un serio problema para las autoridades gubernamentales, porque están afectando el bienestar general de las familias colombianas. Por eso es loable y destacable el accionar de las Fuerzas Militares y la Fuerza Pública, que han venido propiciando contundentes golpes a todas las estructuras narcoterroristas disidentes de las Farc y de las organizaciones criminales que operan en el territorio huilense durante los últimos días.
El profesionalismo y la inteligencia militar han logrado que algunos cabecillas de estas organizaciones criminales hayan recibido golpes, que cada vez se debilitan, por el accionar del aparato militar del Estado, para cometer sus actos delincuenciales en contra de las familias colombianas. Como lo publicó el día anterior, la edición del Diario del Huila, tropas adscritas a la Novena Brigada, y miembros de la Fuerza Pública, lograron la captura de seis miembros de los grupos residuales con su material de guerra, pertenecientes a una comisión de la Columna Móvil Dagoberto Ramos, en la Vereda La Irlanda, en jurisdicción del municipio de la Plata.
Igualmente, la Policía Nacional a través de un trabajo coordinado con la Fiscalía General de la Nación y el Ejército Nacional, logró hacer efectiva una orden de captura contra un integrante de un Grupo Armado Organizado Residual en el municipio de Algeciras, señalado de atentar contra la vida e integridad de un excombatiente en el año 2020.
Paralelo a lo anterior, uniformados de la Seccional de Investigación Criminal SIJIN con el apoyo del grupo de Criminalística, lograron desarticular un desguazadero ubicado en el barrio Limonar de la Comuna 6 al sur de la ciudad de Neiva, donde se incautaron motos, armamento y 100 partes y accesorios de varias motocicletas que habían sido hurtadas anteriormente.
Pero es verdad también, que el incremento del crimen organizado y los grupos dedicados al delito son alarmantes. Es innegable que la violencia derivada del accionar de estos grupos ilegales representa todavía un enorme desafío para el Estado, que, en este terreno de la seguridad, se suma a la delincuencia urbana y a la tensión constante que se vive, con el aumento del narcotráfico.
Nuestra solidaridad y nuestra convocatoria, para que la sociedad en general, formemos un binomio con estas instituciones, para enfrentar esta clase de eventos violentos que atenten contra el bienestar de la población y la dinámica productiva del país.
La lucha contra la delincuencia organizada debe ser una labor diaria y constante. Esta debe ser un esfuerzo permanente del gobierno, acompañada de todos los gremios económicos, organizaciones comunitarias, rama judicial, aparato armado del Estado y de todos los demás actores comprometidos con la búsqueda de la tranquilidad de la sociedad huilense.