El anuncio se dio instantes después de que Wado de Pedro, ministro del Interior de la Nación, indicara que “es muy difícil que se juegue la Copa América en Argentina en estas condiciones” durante una entrevista con el canal C5N. La semana pasada, el Gobierno Nacional recibió a Alejandro Domínguez, titular de la Conmebol, para avanzar en la organización plena del certamen, luego de que Colombia fuera apartada tras pedir un aplazamiento del torneo por la agitación social que vive el país. Allí, habían profundizado en los protocolos ante la segunda ola de coronavirus, quedando en decidir si existía pleno acuerdo, con fecha límite de definición marcada para este martes 1° de junio.
De todas maneras, Gonzalo Belloso, secretario adjunto de la Conmebol, había anticipado en radio La Red que contemplaban como plan B la posibilidad de que Chile asumiera la organización de los cotejos que pertenecían a Colombia. Pero los hechos se precipitaron en las últimas horas, a pesar de que la entidad que rige el fútbol a nivel continental había evaluado varios estadios argentinos para sumar al menú, como los de Vélez y Estudiantes de La Plata.
Ante la falta de acuerdo, crecen las acciones de Chile, que había mostrado un plan de acción veloz para ponerse a disposición de la Conmebol. Incluso, podría ofrecer un porcentaje de público, algo que desde el punto de vista televisivo sumaría al espectáculo. En su momento, apenas fue descartada la opción Colombia, habían aparecido como alternativas Paraguay (donde la Confederación tiene su sede) y Uruguay. También se mencionó el interés de Estados Unidos, pero por el momento es una plaza fuera de carrera.
La salida de Argentina de la organización obligará a un cambio profundo en la logística no sólo del torneo, que se disputará entre el 13 de junio y el 10 de julio, sino también de los planteles. El seleccionado albiceleste, por caso, tiene su base armada en el predio de Ezeiza, donde montó una “ciudad-burbuja” para casi 100 personas, pensando que el grueso de la competencia se desarrollaría en el país, algo que no ocurrirá.