Los departamentos que lideran la producción de miel de abejas son Antioquia, Sucre, Meta, Huila y Córdoba, que en conjunto generan el 50% de la producción nacional. Además, Boyacá y Cundinamarca se destacan como principales productores de polen, con una producción estimada de 257 toneladas anuales.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
En un esfuerzo por fortalecer el sector apícola, se ha establecido el noveno Comité Regional de las Abejas y la Apicultura en el departamento del Magdalena. Este comité busca reunir a todos los actores de la cadena productiva apícola en un acuerdo por la competitividad, con el objetivo de mejorar la productividad y la calidad de vida de los productores y productoras, en su mayoría provenientes de la economía familiar campesina de la región.
Con la creación de este comité en Magdalena, se completa una red de nueve comités en los departamentos con mayor producción de miel: Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, Córdoba, Valle del Cauca, Meta, Vichada y Sucre. Esta iniciativa es un paso crucial para consolidar el desarrollo apícola en Colombia, que actualmente produce más de 6.500 kilos de miel anuales.
Desde el Ministerio de Agricultura se han identificado varios retos que enfrenta el sector apícola colombiano. Entre estos desafíos se encuentran la reglamentación de la ley apícola, la implementación de Buenas Prácticas Agrícolas, la mejora en la comercialización y la agregación de valor a los productos apícolas.
Compromisos
El acuerdo de competitividad firmado en Magdalena refleja un compromiso conjunto entre productores, autoridades locales, academia, empresa privada y la institucionalidad gubernamental. Este acuerdo se adapta a las necesidades y particularidades de la producción apícola del Magdalena, beneficiando a cerca de 500 familias campesinas del departamento. Especialmente se enfoca en la Sierra Nevada de Santa Marta, una región con condiciones agroecológicas idóneas para la apicultura.
Los aspectos claves del acuerdo incluyen el fortalecimiento de la cadena productiva, el apoyo financiero y técnico a los productores, la promoción de la calidad y comercialización de los productos apícolas, la protección ambiental de las abejas y otros polinizadores, así como la organización y fortalecimiento gremial de los apicultores locales.
Colombia cuenta con aproximadamente 163.215 colmenas, con una producción estimada de 6.599 toneladas de miel por año. Los departamentos que lideran la producción de miel de abejas son Antioquia, Sucre, Meta, Huila y Córdoba, que en conjunto generan el 50% de la producción nacional. Además, Boyacá y Cundinamarca se destacan como principales productores de polen, con una producción estimada de 257 toneladas anuales.
La creación de este noveno comité en Magdalena no solo impulsa la producción de miel y productos derivados, sino que también fortalece la sostenibilidad y la resiliencia de las comunidades campesinas. Esta iniciativa representa un paso significativo hacia la consolidación de una apicultura más competitiva y sostenible en Colombia.
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A cuidad las abejas
Las abejas, tanto la de miel como las sin aguijón, como las angelitas, son esenciales no solo en la producción de miel, sino también de polen y cera. Según las Naciones Unidas, se estima que para el 2030 más de 600 millones de personas enfrentarán el hambre, resaltando la necesidad de proteger a las abejas para asegurar la polinización de cultivos clave como frutas (mango, lulo, kiwi) y alimentos básicos (café, tomate).
Sin embargo, las abejas enfrentan múltiples desafíos, incluyendo enfermedades y exposición a plaguicidas. Las pérdidas anuales de colmenas, que superan el 30% en muchos países, representan una amenaza significativa para la seguridad alimentaria y económica global, con pérdidas económicas que ascienden a más de 30 mil millones de dólares.
La exposición a plaguicidas, especialmente neuropesticidas como el fipronil y el imidacloprid, afecta gravemente el comportamiento y la supervivencia de las abejas, provocando una preocupante disminución de sus poblaciones, explicó el profesor Riveros.
Aunque algunos países han implementado medidas regulatorias para restringir el uso de ciertos plaguicidas, como los neonicotinoides, en Colombia se requieren mayores esfuerzos regulatorios y una comprensión más profunda de los efectos de los plaguicidas en los polinizadores.
La Universidad del Rosario ha contribuido a enfrentar este problema mediante investigaciones centradas en la nutrición. A través de suplementos nutracéuticos, se ha logrado proteger a las abejas contra los efectos subletales producidos por la exposición a plaguicidas, con diversos mecanismos de acción.
El profesor Riveros destaca que «nuestros suplementos contrarrestan los efectos de plaguicidas como el fipronil, el imidacloprid y la deltametrina. Sin embargo, esta solución aún está limitada a las especies manejadas, que pueden ser directamente suplementadas».
Estas iniciativas son un avance positivo, pero se requiere una acción coordinada que integre estrategias regulatorias con medidas de protección del hábitat de las abejas y una investigación constante para asegurar la supervivencia de estos cruciales polinizadores.
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