La ESE Carmen Emilia Ospina, una de las principales instituciones de salud pública en Neiva, enfrenta una crisis que afecta tanto a los trabajadores como a los miles de usuarios que dependen de sus servicios. En dialogo con el Diario del Huila Lourdes Mateus, concejala de la ciudad, manifestó que la situación ha empeorado notablemente debido a una serie de decisiones administrativas que incluyen despidos masivos, precarización de las condiciones laborales y un colapso en la atención que se brinda a los pacientes.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
POR: ALEJANDRO POLANCO
A través de sus redes sociales, la concejala Lourdes Mateus también ha denunciado lo que considera una creciente precarización del trabajo en la ESE Carmen Emilia Ospina. Según Mateus, la situación ha sido especialmente crítica en este primer año de gestión de la nueva administración, donde la ESE se ha convertido en un «fortín político», especialmente en lo que respecta al manejo del personal de salud. Este personal, según la concejala, es tratado de manera despectiva, como «desechos», sin ningún tipo de consideración hacia su labor ni respeto por sus derechos laborales.
Uno de los aspectos más preocupantes es la práctica de los despidos masivos, los cuales han afectado especialmente al personal de salud asistencial. A pesar de que estos trabajadores cumplen funciones críticas en la prestación de los servicios de salud, han sido objeto de una continua rotación y reducción de horas laborales. En algunos casos, la disminución de horas ha sido drástica, pasando de 192 horas mensuales a tan solo 172 horas, lo que ha afectado directamente la calidad del servicio.
Precarización de la atención al público
Los recortes de personal no solo han afectado a los trabajadores, sino que también han tenido un impacto negativo en la atención que reciben los usuarios. Durante el mes de julio, por ejemplo, se evidenció una reducción en los tiempos de consulta. Algunas consultas, que anteriormente tenían una duración de 30 minutos, se redujeron a 20 minutos, y otras incluso a solo 10 minutos. Además, se ha incrementado la carga laboral de los médicos, quienes se han visto obligados a realizar un mayor número de consultas adicionales, eliminando sus tiempos de descanso, lo que pone en riesgo su salud y bienestar.
A raíz de estos recortes y la escasez de personal, los usuarios también han comenzado a experimentar mayores tiempos de espera. En sedes como la de Las Palmas, los pacientes han reportado largas horas de espera para recibir atención, lo que ha generado una situación de caos en el servicio de urgencias. En este centro, solo había dos médicos atendiendo, y el personal de apoyo era insuficiente para atender la creciente demanda. Ante el desespero, algunos pacientes llegaron a agredir verbalmente al personal de salud, y, según testimonios, se llegó a tumbar la puerta de entrada a los consultorios.
La situación en la sede de Canaima no ha sido mejor. Allí, los servicios de laboratorio también se vieron afectados por la falta de personal, con solo dos bacteriólogos disponibles para atender toda la demanda. Además, las ambulancias, esenciales para la referencia y contrarreferencia de pacientes, casi no están operativas, lo que agrava aún más la crisis.
Despidos masivos y riesgos jurídicos
Otro de los aspectos que Lourdes Mateus destacó en su denuncia es la cantidad de despidos masivos que ocurrieron a partir del 30 de noviembre. La reducción de personal ha afectado no solo la calidad de los servicios, sino también los derechos laborales de los trabajadores. Muchos de los empleados que fueron despedidos llevan más de 15 años trabajando en la ESE Carmen Emilia Ospina, y ahora enfrentan la difícil tarea de demandar a la institución por los derechos laborales que no les han sido reconocidos durante todos estos años, como recargos nocturnos, vacaciones y cesantías.
La concejala advirtió que esta situación pone a la institución en una grave exposición a demandas jurídicas, ya que la contratación de personal de salud mediante terceros es ilegal. A su juicio, la ESE Carmen Emilia Ospina debería avanzar en procesos de formalización laboral para salvaguardar tanto los derechos de los trabajadores como la estabilidad jurídica de la institución. En lugar de seguir despidiendo a los trabajadores más antiguos, el enfoque debería ser la formalización de los contratos y el respeto por los derechos laborales, que son fundamentales no solo para el bienestar del personal, sino también para garantizar un servicio de salud adecuado a la población.
La agudización de la crisis y la responsabilidad de la administración
La cabildante subrayó la creciente crisis en la ESE Carmen Emilia Ospina, especialmente en la sede de Las Palmas. «En urgencias de la sede Palmas cuentan los mismos usuarios que llevan horas esperando atención. Los trabajadores dicen que no dan abasto con dos médicos atendiendo. El servicio es literalmente colapsado», advirtió la concejala. Además, denunció que la administración de Germán Casagua ha continuado con la firma de contratos temporales de solo 30 días, despidiendo personal sin justa causa y, en muchos casos, reduciendo las horas laborales, lo que ha provocado una mayor precarización del empleo.
Mateus señaló que uno de los despidos más significativos ocurrió el 30 de noviembre, cuando se redujeron los contratos a personal con años de experiencia, un acto que, según ella, es una clara muestra de cómo la administración está utilizando la ESE como un «fortín político». Según Lourdes Mateus, esto afecta directamente los derechos fundamentales a la salud de los ciudadanos de Neiva. «Están sacrificando la salud de la gente más humilde, lo que es inaceptable», concluyó la concejala.
EL llamado de atención a los responsables
José Antonio Sáenz, vicepresidente de la Asociación de Usuarios de la ESE, también se ha pronunciado sobre la situación. Según Sáenz, ha intentado sin éxito hablar con el gerente de la ESE, Quintero Vieda, para discutir estos temas. «Estuvimos dos horas esperando para que nos atendiera, pero no fue posible. Al parecer, nombraron un liquidador, no un gerente, y lo único que está haciendo es liquidar la empresa», expresó Sáenz, lamentando que la situación esté afectando principalmente a los sectores más vulnerables de Neiva.
Los miles de pacientes que acuden diariamente a las diferentes sedes de la entidad se han visto afectados por la escasez de personal, la falta de recursos y la sobrecarga de trabajo. En un sistema de salud público que ya se enfrenta a dificultades estructurales, la situación en la ESE ha empeorado la capacidad de respuesta de la entidad, dejando a muchos pacientes sin la atención médica que necesitan de manera urgente.
Los pacientes más vulnerables, aquellos que dependen de los servicios gratuitos de salud para poder acceder a atención médica, son los más afectados por este colapso. La falta de una atención oportuna no solo pone en riesgo su salud, sino que también incrementa la desconfianza en el sistema de salud pública, que debería ser un derecho fundamental para todos los ciudadanos.