Ante la profunda crisis en materia de seguridad en el territorio huilense, se llevó a cabo un debate político en la Asamblea Departamental del Huila, la cual fue presidida y liderada por el diputado Armando Acuña Molina, donde fueron invitados las autoridades militares y de la Fuerza Pública. Este debate tuvo la iniciativa del diputado Carlos Ramiro Chavarro, donde se denunciaron la presencia de las disidencias de las Farc en los siguientes municipios: San Agustín, Suaza, Garzón Gigante, Guadalupe, Pital Argentina, La Plata, Teruel, Santamaría, Iquira, Villavieja, Baraya, Tello y Neiva entre otros. Producto de la laxitud del gobierno nacional desde que se posesionó el presidente Gustavo Petro hace 11 meses, las familias han vuelto a vivir la zozobra y el temor por la presión de esta organización subversiva, que los han vuelto a vacunar. Los comerciantes y los campesinos se encuentran desesperados. Hemos retrocedido cinco lustros.
A plena luz del día deambulan por las calles de los centros poblados en la zona rural de las localidades mencionadas anteriormente. Inclusive han empezado a extorsionar a algunos docentes de las instituciones educativas en estos municipios. Algunos integrantes de esta Corporación expresaron que en la vigencia 2022 en el Huila, se presentaron 74 procesos de extorsión, y a la fecha del año en curso, han ocurrido 114 hechos que se han atrevido a denunciar. Se estima que estos casos delictivos superan estas cifras, que por miedo no se atreven a ponerlos en conocimiento de las autoridades. Cada vez son más crecientes las exigencias económicas en la región. Además, los están carnetizando.
Toda la Duma departamental, en representación de la sociedad huilense le solicitan mejorar el accionar interinstitucional para contrarrestar este avance subversivo. Este es el reflejo que se presenta en las mayores regiones del país. Diariamente se siguen cometiendo asesinatos colectivos e individuales en las regiones afectadas por este flagelo, porque desbordan la capacidad de respuesta de los debilitados integrantes de la fuerza pública y del ejército que se sienten incapaces para poder contrarrestar este fenómeno que corroe las instituciones democráticas del país. La sociedad colombiana, se siente sorprendida por el accionar gubernamental, contra estas mafias que cada día se fortalecen y están tomando un dominio territorial, como nunca visto. Ya incursionan a plena luz del día, deambulando libremente por las calles de los municipios, sin que exista una respuesta militar. Estas acciones delincuenciales están desbordando la capacidad de respuesta de la Fuerza Pública, lo cual se convierte en una mayúscula preocupación para las autoridades gubernamentales. La percepción de la gente y las cifras oficiales coinciden en que el departamento atraviesa una preocupante etapa de inseguridad que exige respuesta inmediata del Estado. El Huila, no se sustrae de este flagelo que está permeando el bienestar general de la sociedad huilense.
