A pesar de una leve caída en el desempleo, la desigualdad laboral entre hombres y mujeres en Colombia sigue creciendo, y sectores clave como manufactura y telecomunicaciones enfrentan retrocesos significativos en el empleo femenino. ¿Por qué tantas mujeres siguen perdiendo oportunidades mientras los hombres ganan terreno?
DIARIO DEL HUILA, ANALISIS
En septiembre, la brecha laboral entre hombres y mujeres en Colombia aumentó de 3,6 a 4,6 puntos porcentuales en el último año, según el reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Aunque la tasa de desempleo nacional descendió ligeramente a 9,1% —una reducción de 0,2 puntos frente al mismo mes del año pasado—, el desempleo femenino sigue en niveles críticos: 68,000 mujeres se unieron a las filas de desocupados, mientras 175,000 hombres lograron empleo en el mismo mes, ensanchando la desigualdad laboral.
De acuerdo con el DANE, esta brecha es superior a la de 2022 (4,5 puntos) y rompe la tendencia de reducción que se observaba desde 2020, cuando alcanzó un máximo de 7,9 puntos porcentuales en el contexto de la pandemia. Actualmente, la tasa de desempleo para las mujeres es del 11,8%, frente al 7,2% de los hombres, lo que destaca la persistente exclusión de las mujeres del mercado laboral.
Sectores afectados: manufactura y telecomunicaciones pierden empleos femeninos
En cuanto a las áreas de trabajo, las industrias manufactureras y de información y telecomunicaciones mostraron los mayores descensos de empleos femeninos en septiembre, con una reducción de 64,000 y 59,000 puestos respectivamente. En total, 264,000 empleos femeninos se perdieron en ocho de las trece ramas de actividad económica monitoreadas, en contraste con la creación de 196,000 empleos en las otras cinco ramas.
Este fenómeno pone en evidencia las dificultades para las mujeres en acceder y mantenerse en sectores estratégicos de la economía. La economista Jackeline Piraján, de Scotiabank Colpatria, destacó que muchas de las mujeres que abandonaron la búsqueda de empleo se han dedicado a tareas del hogar o al estudio, lo que refleja una falta de opciones laborales sostenibles y de calidad.
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Puntos de crecimiento y declive en el empleo
Por otro lado, la población ocupada en Colombia apenas creció en 107,000 personas respecto al año anterior. Las áreas que impulsaron la generación de empleo incluyen actividades profesionales, alojamiento y servicios de comida, y el sector agrícola, con una contribución conjunta de cerca de 500,000 empleos. Sin embargo, los sectores de transporte y almacenamiento, información y comunicaciones, y administración pública enfrentaron un retroceso, con una pérdida total de 410,000 empleos.
En cuanto a los empleos formales e informales, el segmento de obreros empleados particulares lideró el crecimiento, sumando 207,000 puestos, seguido de trabajadores por cuenta propia y empleados domésticos. No obstante, la categoría de obreros gubernamentales sufrió una significativa caída, perdiendo 110,000 empleos en el último año.
Desempleo en las ciudades: contrastes y desafíos en la informalidad
El desempleo en las capitales presenta marcadas desigualdades: Arauca, Mocoa y Quibdó tienen las tasas más elevadas, con cifras de hasta 31,4% en el caso de Arauca. En contraste, ciudades como Leticia, Mitú e Inírida reportaron tasas mucho más bajas, con apenas un 3,3% en Leticia.
La informalidad laboral se mantiene como un desafío crítico, afectando a un 55,6% de la población trabajadora, aunque esta cifra representa una leve reducción de 0,6 puntos respecto al año pasado. La informalidad es particularmente elevada en las áreas rurales, con un 84,7%.
Perspectivas de futuro y retos para la estabilidad laboral
Para Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), la reforma laboral que cursa actualmente en el Congreso no ofrece soluciones claras para reducir la informalidad. Mac Master enfatiza la necesidad de generar un entorno de confianza y seguridad para las empresas, condiciones indispensables para que el mercado laboral experimente una verdadera reactivación.
Finalmente, Piraján apunta que los recortes de tasas de interés por parte del Banco de la República y la reactivación de la economía pueden brindar cierta esperanza de estabilidad y crecimiento laboral, aunque advierte que estos efectos deberán mantenerse en el tiempo para traducirse en empleos de calidad.
La situación del empleo en Colombia evidencia así una dualidad entre ciertos avances macroeconómicos y una brecha de género persistente, con sectores aún vulnerables que precisan de políticas claras para generar oportunidades y reducir las desigualdades en el mercado laboral.
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