Funcionarios departamentales sostienen que las obligaciones financieras de los hospitales en sus territorios ascienden a cifras billonarias y hacen un llamado para atender la crítica situación.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
La crítica situación financiera de los hospitales en varias regiones de Colombia sigue siendo motivo de preocupación, pese a las acciones emprendidas por las autoridades. Funcionarios departamentales advierten que las obligaciones financieras de las instituciones de salud ascienden a cifras billonarias, comprometiendo su capacidad operativa y afectando la atención a la población.
En Cali, las EPS han sido intervenidas para garantizar un flujo de pagos adecuado y una mejora en la calidad de los servicios. El superintendente Nacional de Salud, Luis Carlos Leal, explicó que las entidades promotoras de salud tienen deudas millonarias con los hospitales, lo que ha llevado a algunas instituciones a situaciones críticas. Durante una reunión con el alcalde Alejandro Eder, se acordó iniciar jornadas de conciliación para resolver las deudas y evaluar la prestación de servicios en la red de salud pública de la ciudad.
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Deudas que afectan la operación
El Hospital Mario Correa, en Cali, es un claro ejemplo de la crisis. A los trabajadores se les adeudan dos meses de salario, mientras que la Fundación Clínica Infantil Club Noel enfrenta una deuda de 65.000 millones de pesos por parte de las EPS, lo que mantiene a la institución en «cuidados críticos». Además, la red pública distrital reporta una cartera de 63.000 millones de pesos, con una deuda total que supera el billón de pesos. Esta situación, a pesar de las medidas implementadas, como el decreto de giro directo a los prestadores, pone en riesgo la continuidad de los servicios de salud.
La situación se extiende a otras regiones
En el Valle del Cauca, la situación es igualmente alarmante, con deudas de EPS que superan los 2 billones de pesos. La gobernadora Dilian Francisca Toro ha instado a las EPS a pagar al menos la mitad de lo adeudado para evitar un colapso en el sistema de salud.
Antioquia también enfrenta problemas significativos, con la EPS Savia Salud como la mayor deudora, acumulando más de 360.000 millones de pesos. Los hospitales del departamento, incluidos los de alta complejidad como el Hospital General de Medellín, dependen de estos pagos para seguir operando. Las EPS en este departamento deben más de 1,3 billones de pesos, según datos del Sistema de Información Hospitalaria (Siho).
El aumento de tutelas y quejas
La crisis financiera de los hospitales no solo afecta a las instituciones, sino también a los pacientes. Según el informe de «Así Vamos en Salud», el número de tutelas y quejas por la falta de atención médica ha crecido significativamente en lo que va del año. En los primeros cuatro meses de 2024, se han radicado 84.445 tutelas relacionadas con la vulneración del derecho a la salud, lo que representa un aumento del 42,2 % respecto al año anterior.
Un panorama sombrío en otras regiones
En Santander, 32 de los 84 hospitales del departamento están bajo planes de saneamiento fiscal y financiero debido a las deudas de las EPS. En Atlántico, la situación es igualmente crítica. La ESE Universitaria UNA del Atlántico enfrenta un déficit de 65.000 millones de pesos y arrastra deudas por más de 100.000 millones, lo que ha llevado a algunos sectores a proponer su liquidación.
En todo el país, la deuda acumulada por las EPS amenaza con desmantelar el sistema de salud pública y privada. Las cifras alarmantes y la falta de soluciones estructurales han llevado a varios sectores a alzar la voz, exigiendo acciones inmediatas para evitar un colapso que afectaría a millones de colombianos.
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La preocupación de los trabajadores y los usuarios
Uno de los sectores más afectados por esta crisis es el de los trabajadores de la salud. Las demoras en los pagos han generado un ambiente de incertidumbre y malestar en hospitales y clínicas, donde el personal ha expresado su frustración ante la falta de salarios y recursos para operar de manera adecuada. En el Hospital Universitario de Santander, por ejemplo, se adeudan 380.000 millones de pesos, lo que ha provocado protestas y llamados a una intervención urgente por parte del gobierno. La situación se agrava en hospitales de regiones como el Magdalena Medio y la provincia García Rovira, donde el riesgo de cierre es inminente.
El impacto directo sobre los pacientes también es evidente. Al no recibir a tiempo los recursos necesarios, los hospitales se ven obligados a reducir la cantidad de servicios, limitar la atención en ciertas áreas y, en algunos casos, suspender cirugías o tratamientos esenciales. Esto ha generado un aumento en las quejas y denuncias, no solo en cuanto a la calidad del servicio, sino también en cuanto a la falta de acceso a medicamentos y tratamientos especializados.
Posibles soluciones: un reto de política pública
Las soluciones a este problema no parecen sencillas. A pesar de los intentos del gobierno por implementar medidas como el giro directo, los expertos coinciden en que es necesario reformar estructuralmente el sistema de salud. Las EPS, que actúan como intermediarias entre el Estado y los hospitales, deben cumplir con sus obligaciones financieras de manera más estricta. Algunos sectores proponen que se implementen sanciones más severas para las EPS morosas, así como la eliminación de aquellas que han demostrado un incumplimiento sistemático en sus pagos.
Asimismo, se ha sugerido la creación de un fondo de emergencia que permita a los hospitales cubrir sus necesidades operativas mientras se resuelven las deudas pendientes. Esto ayudaría a evitar la interrupción de servicios esenciales y garantizaría que la población más vulnerable, especialmente en las zonas rurales, reciba la atención médica que requiere.
El papel del gobierno en la solución de la crisis
Ante esta situación, el gobierno nacional se enfrenta a un desafío monumental. El ministro de Salud ha reconocido la gravedad del problema y ha prometido una serie de medidas para mejorar el flujo de recursos hacia los hospitales. Sin embargo, estas promesas deberán traducirse en acciones concretas para evitar que la crisis se profundice. Las recientes reformas a la ley de salud también juegan un papel crucial en el intento de sanear las finanzas del sector.
El reto para los próximos meses será garantizar la sostenibilidad del sistema de salud sin sacrificar la calidad de la atención. Para ello, se requiere una coordinación eficiente entre el gobierno, las EPS y los hospitales, así como una vigilancia estricta sobre el cumplimiento de los compromisos financieros. Solo con un enfoque integral y concertado se podrá evitar el colapso de la red hospitalaria y asegurar que los colombianos continúen recibiendo los servicios médicos que necesitan.
La situación financiera de los hospitales en Colombia ha llegado a un punto crítico. Las deudas acumuladas por las EPS, que ascienden a billones de pesos, han puesto en riesgo la continuidad de la atención médica en todo el país. A menos que se tomen medidas inmediatas y efectivas, el sistema de salud podría enfrentar un colapso sin precedentes, afectando tanto a los profesionales de la salud como a millones de pacientes.
Es urgente que el gobierno y los actores clave del sector trabajen de manera conjunta para implementar soluciones que permitan a los hospitales operar de manera sostenible. La salud de los colombianos depende de ello.