A pesar de que el Estado ha promulgado normas para proteger a las personas adultas, actualmente se observa un olvido por parte de éste y por sus familiares, que una vez han culminado su vida productiva, que han contribuido para su crecimiento y formación académica, para que sus hijos sean protagonistas en su trasegar vital por este mundo. De pronto, por cosas del destino empiezan a ser relegados a un segundo plano, sin interesarles su bienestar y que para muchos desagradecidos e infames se olvidan de estos seres inermes, que, en otrora, les ofrecieron su apoyo para que sean las personas que hoy son. Disculpen que utilicemos esta expresión: Ingratos.
Inclusive cuando salen a la calle, no van acompañados, lo cual los vuelven potencialmente vulnerables y susceptibles para que sufran caídas o sean atropellados en las vías por algunos conductores irresponsables. En la tercera edad todos los sentidos se van perdiendo progresivamente con el paso de los años. Desde la vista hasta el oído, entre otros sentidos importantes, pueden verse perjudicados a medida que una persona va envejeciendo, lo cual también impacta en la autoestima porque la pérdida sensorial repercute en un aumento de la dependencia para realizar actividades que antes se solían hacer de manera autónoma.
Por este motivo, cuando los abuelitos se atreven a salir solos a pasear por las calles, se vuelven propensos para ser atropellados por algunos vehículos o motociclistas que no respetan las señales de tránsito, ni respetan a los transeúntes. En el departamento, el año anterior 32 ancianos fueron violentados. Los municipios de Neiva y Pitalito se han convertido en las localidades donde más se han registrado los casos de violencia al adulto mayor. Inclusive, algunos han sido atropellados por motociclistas y vehículos. Es inaudito, que se estén presentando estos detestables episodios que está afectando su bienestar general. Los problemas que enfrentan los adultos mayores día a día son algo inevitable y traen consigo muchos cambios tanto físicos como en la salud mental, cognitiva, psicológica y social que surgen con el envejecimiento. La pérdida de movilidad, la disminución de la agudeza mental y la soledad son preocupaciones comunes que influyen en la calidad de vida de esta población.
Lo anterior, genera mayores compromisos por parte de las entidades públicas para estructurar políticas tendientes a protegerlos y defenderlos de estas atrocidades que se cometen contra estos indefensos seres. Hay necesidad de profundizar en la estructuración de estrategias y enfoques para protegerlos y cuidarlos. Nuestros abuelitos en su momento de la vida productiva fueron los que generaron las condiciones para que las actuales generaciones estén gozando del estado de bienestar que poseemos actualmente. Por este motivo, no debemos ser ingratos con ellos. “La raíz de todo bien crece en la tierra de la gratitud”. Dalai Lama.