Daniel Auster, hijo del célebre escritor norteamericano Paul Auster, declaró a las autoridades, que el pasado 1 de noviembre se inyectó heroína en su casa de Park Slope -un barrio residencial de Brooklyn, en Nueva York- después de que su mujer Zuzan Smith se fuera a trabajar. Tras haber consumido, se echó a dormir una siesta con la pequeña Ruby.
Cuando despertó, la beba de tan sólo diez meses estaba “con los labios azules y los ojos rígidos”. Antes de llamar al 911, le dio Narcan, un spray nasal que se utiliza para revertir una sobredosis de opioides, “en caso de que la niña hubiera estado expuesta a narcóticos”, según consta en los expedientes.
Finalmente, los paramédicos llegaron a la casa y encontraron a la bebé inconsciente y la trasladaron al Methodist Hospital, donde más tarde fue declarada muerta.
Los médicos forenses de la ciudad determinaron que Ruby murió de una sobredosis de fentanilo y heroína, con suficiente droga en su cuerpo como para “dejar inconsciente a un adulto”, dijo el fiscal adjunto Tien Tran en la comparecencia de Daniel en el Tribunal Penal de Brooklyn.
Sin embargo, la policía local aún no ha determinado cómo la beba ingirió las drogas.