ALFREDO VARGAS ORTIZ
Orgullosamente Docente U. Surcolombiana
Doctor en Derecho U. Nacional de Colombia.
Finalizando año estaba en los afanes de compras de fin de 2023 y una cajera me sorprendió cuando le dije que era increíble que con toda la publicidad que aparecía en la cajita de cigarrillos la gente siguiera fumando. Ella me dijo que un señor que venía a comprar siempre cigarrillos, le preguntaba qué ¿De cuáles quería? y él le respondía «De cualquiera, porque igual todos dan cáncer”. Esa respuesta, mis queridas y queridos lectores en parte es la causa de nuestra desgracia y la generadora de pandemias silenciosas que nos llenan en Colombia de muertes evitables, embarazos prematuros (4169 ocurrieron en niñas entre los 10 y 14 años y 93.096 en mujeres adolescentes entre los 15 a 19 años. Profamilia, 2022) desnutrición (en 2022 murieron 308 niños y niñas menores de 5 años de edad por desnutrición o por enfermedades asociadas a la desnutrición, 111 casos más que los registrados en el 2021, según la Defensoría del Pueblo) obesidad (En Colombia el 50% de las personas sufren de obesidad) alcoholismo (cerca de siete millones de personas con edades entre los 12 a 65 años son consumidores de alcohol, lo que equivale a un 35% de población en ese rango de edad) accidentalidad del tránsito (8.717 personas fallecieron en accidentes de tránsito la cifra más alta en los últimos 10 años) violencia cotidiana (la violencia intrafamiliar creció un 68 por ciento en 2022, de 46615, en 2021 a 78600 en 2022 según Medicina Legal) todo ello producto de una desmedida intolerancia, son en gran parte los causantes de los altos índices de muertes en Colombia.
Y por ello debemos tener administraciones públicas que desde la experiencia comparada y de nuestro propio país logremos salvar la vida de los colombianos. Recientemente tuve la oportunidad de disfrutar un documental de Netflix en donde se detallan los aspectos que toda sociedad debería tener en cuenta para combatir las razones de la morbimortalidad. El diagnóstico preciso de las situaciones de enfermedad y las multicitadas recomendaciones para mejorar la salud como el ejercicio, la buena alimentación, el control del estrés, la definición clara de un proyecto de vida, la protección a nuestros ancianos, el hecho de trabajar por los demás promoviendo las acciones de voluntariado, los programas de salud puerta a puerta, la producción de nuestros propios alimentos y la vida en el campo fuera del estrés de las ciudades; son algunos de los tantos ejemplos que podemos tomar para hacer frente a la crítica situación de salud pública que padece nuestro país.
Nuestros mandatarios están obligados a trabajar arduamente para mejorar las condiciones de salud y la promoción de una infraestructura para hacer deporte como los centros recreativos y las ciclorutas, que resultan ser una prioridad. Esperemos que las energías de los gobiernos entrantes y la decidida voluntad de cambio que los inspiraron, nos redirijan por mejores caminos de prosperidad y la salud para todos. Por mi parte en lo que pueda contribuir en este propósito estamos siempre listo para servirle a nuestro país.
