Diario del Huila

De no creer

Ago 3, 2022

Diario del Huila Inicio 5 Opinión 5 De no creer

Luis Humberto Tovar Trujillo

En los preámbulos de la posesión, otros dicen coronación, del nuevo presidente.

Creí en cierto momento que los reinados y las coronaciones estaban por desaparecer; crasa equivocación, máxime cuando se ha convertido por lo que veo, en el renacimiento, y ahora la consolidación de una de las enfermedades del alma, el narcisismo, muy familiar con el nuevo mandatario.

“Yo, el Estado; sería el aforismo apropiado para identificar las condiciones personales, y el espíritu del nuevo gobierno; todos los honores, y solo honores para hacer del presidente, el rey, como en las épocas preclaras del totalitarismo de Estado.

“Desde luego, Yo, el Estado, va claramente contra el protagonismo de la sociedad civil y contra el imperio de las leyes del mercado que, bajo el palio de los Estados mínimos, proponen las fuerzas neoconservadoras”, según el introito de la obra de Nicolas Maria Lopez Calera.

El Estado soy yo, (traducción de la expresión francesa L’État, c’est moi) es un tópico político atribuido a Luis XIV de Francia, El Rey Sol, que se interpreta en el sentido de identificar al rey con el Estado, en el contexto de la monarquía absoluta.

Llamado el Rey Sol, Luis XIV representa el cenit del absolutismo francés, sintetizado en su famosa frase: “el Estado soy yo”.

A esta concepción, alimentada por las maneras de Hitler y Stalin, donde se pretende hacer de la policía, una organización siniestra, para favorecer los intereses del narcotráfico, tan familiar al nuevo gobierno.

Estas iniciales manifestaciones, traídas de las nuevas opciones tiránicas, adornadas con la limitación, y hasta eliminación, de todas las libertades individuales, conquistas que defiende e ilumina nuestra carta política, supuestamente apoyada y defendida por la izquierda radical, ad portas de la asunción del poder, hoy es vilipendiada, y así lo ha sido en la historia reciente después del Plebiscito del año 2016.

Nuevos vientos alimentan la tormenta de nuestra sociedad nacional e internacional, a tal punto de avizorar una eventual desaparición del Estado, por el alto riesgo de la limitación de las libertades individuales, para someter a la sociedad a sus intereses diabólicos.

El terrorismo verbal de tan frecuente aparición en estos momentos, mismo, que ilumina el camino anunciado, no indican cosa distinta que la invitación a prepararnos para lo que se pueda venir, en el nuevo escenario institucional.

Es cierto que debemos no cambiar, sino modificar para cambiar, adecuando las instituciones a las exigencias del mundo moderno, es otra interpretación, mas consensuada que autoritaria, destructora de las existentes.

Algo bueno deben tener las actuales, de todas formas, mientras tanto debemos decir como Pedro frente al naufragio, “JESUS, sálvanos”.

Tal vez te gustaría leer esto

Abrir chat
1
¿Necesitas ayuda?
Hola, bienvenido(a) al Diario del Huila
¿En qué podemos ayudarte?