Hace 10 años, era una persona “normal”, un profesional “exitoso”, dedicado al trabajo como cirujano y profesor universitario, con una agitada vida social que incluía comidas, bebidas y cigarrillo cada fin de semana. Cada año tengo el hábito de donar sangre, en el año 2011 durante la donación, se encontró que mi sangre tenía un color amarillo con un posterior análisis que mostro hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia con niveles de 600mg/dl (lo normal es menos de 150mg/dl).
Este fue el primer signo de alarma, posteriormente programe una valoración médica (muy raro que como médicos lo hagamos), con unos resultados muy alarmantes, peso: 105 kg, con un porcentaje de grasa 45%.
Estaba enfermo y no lo sabía o no lo quería saber, tenía signos de una enfermedad que se llama síndrome metabólico; obesidad, hipertrigliceridemia, sedentarismo, asociados a niveles de estrés alto y mala alimentación
Según estadísticas del DANE del 2016 y 2017, Las tres principales causas de los fallecimientos en Colombia son: las enfermedades isquémicas del corazón, con 60.944 casos (17,1 %); las cerebrovasculares, con 24.548 casos (6,9 %), y las enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, con 22.709 casos (6,3%); contando también entre las 10 más frecuentes, las complicaciones asociadas a Hipertensión arterial y la Diabetes Mellitus; todo esto reflejando que no se tienen adecuados estilos de vida saludable en la población Colombiana.
Dentro del gremio médico hay diferentes estudios que muestran que las causas de mortalidad están asociadas a cáncer y enfermedades cardiovasculares; otros estudios han mostrado el poco tiempo que dedican a la actividad física y como se desconoce la prescripción del ejercicio y la actividad física para los pacientes
No era un ejemplo ni tenía autoridad moral para recomendar a mis pacientes estilos de vida saludable.
Tome la decisión de cambiar mi vida, afrontar los malos hábitos y vicios y regalarme vida, había definido hacer una carrera de ironman a los 40 años.
Y atravesé la puerta del reto (a mis 39 años de edad), encontrando penumbras, desconocimiento, dudas y mucho temor; desconocía de la preparación física, aeróbica y nutricional para poder enfrentar el reto.
Mi primera tarea fue redefinir prioridades, pasar del trabajo a la salud. Deje de realizar turnos de noche e inicie a ajustar mis horarios; inicie la búsqueda de un equipo que me apoyara, un entrenador, nutricionista deportiva, personas que hubieran realizado la prueba y pudieran aconsejarme y acompañarme, siempre es importante el trabajo en equipo.
Continuamos la próxima semana.