Diario del Huila

Del impreso tipográfico al linotipo

Ago 13, 2022

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Aunque la tipografía y el linotipo se han extinguido, el arte y la técnica en el manejo y en la selección de tipos para crear trabajos de impresión y la máquina para plasmarlos; es válido recordar que ellos fueron artífices para la impresión de gran parte de la historia del Huila.

El proceso técnico para imprimir inicialmente el DIARIO DEL HUILA, se hizo a través de la linotipia, máquina para componer textos, provista de matrices (lingotillos o piezas de metal, con letras o caracteres), de la cual salía la línea (renglón), formando una sola pieza, para armar y poder imprimir un texto.

Dicho aparato lo adquirieron en Bucaramanga y se armó dos veces, pues se detectaron

fallas al realizar la primera prueba, difíciles de rectificar, por tener el artefacto, más de diez mil piezas.

Sus partes principales eran: el almacén, o depósito de las matrices (letras o caracteres), dividido en canales. El teclado, semejante al de una máquina de escribir, que podía utilizar

20 tipos de cada letra del alfabeto, con una reserva hasta de 26.000 piezas, que, al ser pulsado, dejaba caer por unos canales las matrices correspondientes, que una pequeña correa sin fin llevaba al componedor.

Dicho componedor, era una regla de madera o hierro, con un borde a lo largo y un tope

en uno de sus extremos, donde la correa depositaba una a una las letras y signos que habían de conformar el renglón. El crisol, con los mecanismos auxiliares que servían para la fundición, alisamiento y calibración exacta de la línea, y un elevador que llevaba a la barra de distribución las matrices, una vez fundida la línea.

La máquina era movida por un motor y a medida que tecleaba el operario, caían las matrices en el componedor donde se intercalaban los espacios fijos y móviles para formar

bien la línea. Constituido el trazo, el operario accionaba una palanca que elevaba el componedor y la línea era llevada al brazo, que descendía hasta colocarla frente al

molde donde recibía el metal derretido. Una vez fundida la línea, se enfriaba por circulación de agua o de aire, se solidificaba inmediatamente, se alisaba y calibraba antes

de caer al galerín. Al desprenderse de la línea fundida, las matrices eran tomadas por el

elevador, para devolverlas al almacén, entregándolas a las barras de distribución.

Un mecanismo automático regulaba la temperatura constante, cuando se realizaba la

fusión del metal.

En la medida que los periodistas terminaban las cuartillas en sus máquinas de escribir, o llegaban los textos de los columnistas, éstos se transcribían rápidamente; motivo por el cual su operador debía ser bien experto en mecanografía, rico en léxico y amplio conocedor de reglas ortográficas.

Una vez levantado el texto, trabajo que debería concluir a más tardar a la media noche, para poder acomodar titulares y terminar con la armada de la página, se entraba a imprimir en la planocilíndrica, para revisar la prueba y dar el tiraje inicial.

También se contó con una máquina Duplex que imprimía ocho páginas al tiempo y la Ludlow, llamada popularmente ‘la lulu’.

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