Por: Carlos Yepes A.
Entender lo que sucede en el mundo, en nuestra región, en términos geopolíticos, nos permite comprender la realidad que cada día nos presenta nuevos interrogantes y situaciones que muchas veces nos parecen incomprensibles. En la actualidad uno de los grandes desafíos de la política económica que afronta el Estado es la superación de la desigualdad que aumenta cada día junto a la desconfianza en los líderes, no sólo en Colombia si no en gran parte del mundo entero y en especial en América Latina.
El incremento de la desigualdad ha generado un peligro latente para la democracia, las crisis financieras globales de 2007 y 2013 dejaron grandes enseñanzas en materia del papel del Estado, anunciaron el riesgo a la estabilidad del matrimonio de conveniencia entre democracia y capitalismo.
El capitalismo basado en el libre mercado pierde cada día su credibilidad sustentada en que el aumento de la riqueza conlleva a una prosperidad general, no se entiende como sectores como el financiero ostentan el poder político y económico de manera desproporcionada rompiendo el concepto más radical del capitalismo democrático basado en la separación de poderes entre lo político y lo económico.
La concentración progresiva de la riqueza, en manos de unos pocos, produce un deterioro progresivo de las clases medias, las cuales están camino a desaparecer y ha generado la mayor desigualdad de los últimos 50 años, debilitando la confianza en las élites y reforzando los procesos populistas tanto de izquierda como de derecha y las mal llamadas democracias “liberales”, como la de Putín, y ni que decir de sistemas poco imaginables con el “capitalismo comunista” liderado por China.
El hasta ahora matrimonio por conveniencia entre democracia y capitalismo, gestor indudable de sociedades muy exitosas en la historia de la humanidad, podría entrar en crisis si el capitalismo continúa debilitando a la democracia. Un ejemplo álgido de este proceso sucedió en enero del 2021 cuando los fanáticos seguidores de Trump pretendieron anular los resultados electorales presidenciales.
Nuestras sociedades están abocadas a tomar decisiones si realmente quieren enderezar su rumbo y fortalecer sus democracias, si bien es cierto que es el eslabón débil del capitalismo, se requieren decisiones valientes para poder mantenerla. Colombia al igual que América Latina tiene que volcar sus esfuerzos hacia una sociedad que ofrezca a sus ciudadanos seguridad, oportunidades, trabajo, prosperidad y dignidad, así como terminar con la corrupción y los privilegios de unos pocos.
