El placer sexual es una experiencia única que cada sujeto disfruta en su intimidad, ya sea de forma individual o grupal. Una de las prácticas sexuales que ha convergido en los últimos tiempos ha sido la masturbación, hasta el punto en el que se han creado clubes para los hombres. Las comunidades masculinas buscan explorar su intimidad y por ello han ideado espacios para tal fin. Sin embargo, con la creación de esos sitios hay quienes critican el modelo de comportamiento de aquellos que los visitan y otros los acogen.
Adicionalmente, hace poco se conoció en Madrid, España, un club llamado Pajas entre colegas. Se trata de un espacio que ofrece sesiones de masturbación; durante tres horas un aproximado de 70 hombres pueden ingresar a consentirse. Además, en países como Estados Unidos ya existen estas tendencias.
El responsable de enviar este tipo de club a la ciudad española es un sujeto conocido como Nacho G, según diarios internacionales. De acuerdo con ello, para ingresar los hombres deben pagar una mensualidad y cumplir con un cúmulo de reglas.
Entre tanto, la oferta de pago es mensual o anual, cada 30 días los interesados deberán pagar 20 euros -un aproximado de 80 mil pesos en Colombia- y 235 euros anuales -alrededor de 950 mil pesos-. Para llegar a definir los precios, el fundador del club ‘Pajas entre colegas’ recibió ayuda de Paul Rosenberg, fundador de Rain City Jacks, otro espacio de masturbación que funciona en Seattle, Washington.
Según estimaciones, por lo general, a estas comunidades masculinas se les conoce como “Jack off club”, pero no solo se trata de la autosatisfacción, pues existen normatividades y códigos que no se deberían irrumpir. En ese sentido, las reglas para masturbarse en espacios como Toronto Jacks (Canadá) o London Jack Off Club (Reino Unido) suelen seguir parámetros como:
– Solo masturbarse, no hay otro tipo de práctica sexual.
– Se puede masturbar, mirar, tocar a otros si esa persona da el consentimiento. Sin embargo, por ejemplo, en Pajas entre colegas “nada va dentro de nadie”.
– En grupos, las personas se desnudan o permanecen en ropa interior.
– Se debe mantener un pacto de confidencialidad con el objetivo de que el espacio siga en funcionamiento, además de cuidar la identidad del otro.
– Por salubridad y evitar contagios, las personas no pueden asistir cuando están enfermas.
Así pues, cada club determina si es posible que sus clientes puedan consumir alcohol, además la higiene debe primar por encima de cualquier cosa. Infobae menciona que hay uno de dichos lugares llamado LAX Jacks, en los Estados Unidos, “un lugar acogedor y relajante donde los hombres que aman estar desnudos y masturbarse con otros hombres pueden hacerlo en privado y con comodidad. Hay una colorimetría que a través de pulseras marcan un límite: el rojo significa “no toques mi pene”; mientras que el verde es “puedes tocar mi pene sin preguntar primero””
Por su parte, el fundador de Pajas entre colegas, que marca una diferencia por situarse en España, dijo que muchos de los hombres que se agrupan en estos sitios a través de los eventos que se convocan “están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina”, precisó Nacho G.
Finalmente, en cuanto a Rosenberg, fundador de Rain City Jacks, el hombre piensa que, “los clubes de masturbación eliminan esos torpes procesos que las opciones fáciles de las ‘apps’ para tener sexo dejan sin respuesta. No hay necesidad de acordar un momento o un lugar, solo se trata de analizar quién tiene sitio o, sencillamente, si serás compatible con la otra persona”.