A partir de hoy 31 de agosto, el precio del galón de ACPM (diésel) se incrementará en $1.904, según las resoluciones presentadas por los Ministerios de Minas y Energía y Hacienda. Este ajuste busca enfrentar el creciente déficit generado por el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (Fepc), que ha puesto al Gobierno en una difícil encrucijada económica.
El subsidio al diésel, que hasta ahora ha servido como un alivio temporal para varios sectores, se ha vuelto insostenible. En 2023, tres de cada cuatro pesos del déficit del Fepc se destinaron a este subsidio, lo que ha provocado que el déficit proyectado para finales de 2024 podría alcanzar los $10,2 billones, una carga significativa para el Presupuesto General de la Nación.
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El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, había anticipado que un ajuste en el precio del diésel era inevitable, lo que generó tensiones con los gremios de transportadores, quienes se manifestaron pacíficamente el 30 de agosto en rechazo a la medida. Sin embargo, el Gobierno defendió el incremento, destacando que cuando un consumidor adquiere diésel en una estación de servicio, paga menos del 50% del precio real, con el resto cubierto por el Fepc. Este subsidio ha resultado en un acumulado fiscal cercano a los $115 billones, lo que pone en riesgo la estabilidad fiscal y macroeconómica del país.
«El 100% del déficit del Fepc en 2024 corresponde al diésel. Esta situación es insostenible para la nación y podría comprometer la viabilidad fiscal de Colombia», declararon los Ministerios en un comunicado. Además, señalaron que los subsidios a combustibles fósiles son incompatibles con los objetivos de la transición energética y la descarbonización de la economía.
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El incremento de $2.000 en el precio del galón de diésel, que se traduce en un alza de $1.904 en el precio de venta al público, se espera que tenga un impacto limitado en la inflación, elevándola en 0,3 puntos porcentuales para finales de 2024. Al mismo tiempo, el ajuste generaría un ahorro fiscal de $1,6 billones, aliviando parte de la carga sobre el presupuesto nacional.
Este aumento, aunque necesario según el Gobierno, ha suscitado preocupación en sectores como el transporte, que dependen en gran medida del diésel. Sin embargo, las autoridades insisten en que el ajuste es crucial para garantizar la sostenibilidad económica a largo plazo y cumplir con los compromisos ambientales del país.