El congresista Carlos Julio González Villa reveló cifras inquietantes sobre el consumo de drogas y la deserción escolar en la niñez. Durante el debate en el Congreso de la República sobre esta problemática, el parlamentario huilense propuso la creación de la ‘Mesa Nacional por los Hijos de Colombia’.
Diario del Huila, Entrevista
En diálogo con el Diario del Huila, el senador huilense Carlos Julio González Villa reveló cifras alarmantes: aproximadamente 258,000 escolares en Colombia han consumido o están consumiendo sustancias psicoactivas en los últimos 12 meses, según el Estudio Nacional de Consumo SPA.
Ante este preocupante panorama, González Villa propuso la creación de la Mesa Nacional por los Hijos de Colombia, como una alternativa para hacer frente al flagelo de la drogadicción en los colegios del país. Además, destacó la importancia del impacto de los programas institucionales dirigidos a la niñez y juventud, la reglamentación de las escuelas de padres de familia y la formación docente como medidas complementarias para abordar este problema.
¿Cuál fue la motivación principal detrás de la propuesta de crear la Mesa Nacional por los Hijos de Colombia y cómo espera que esta aborde el problema del consumo de drogas entre los menores?
Es una iniciativa que surge a partir del preocupante panorama que estamos viviendo, en general en materia de salud mental, solo un dato alarmante es qué, según el Estudio Nacional de Consumo Sustancias Psicoactivas, alrededor de 258.000 escolares en Colombia las han consumido en los últimos 12 meses o las están consumiendo.
Por esta razón, es necesario revisar los programas e iniciativas que el gobierno nacional ha estado ofreciendo para niños y jóvenes. En algunos casos, estos programas están desarticulados, carecen de enfoque y se vuelven repetitivos sin generar impactos significativos. El propósito de la Mesa por los hijos de Colombia es proporcionar un escenario para coordinar acciones concretas en conjunto desde la educación, cultura, salud, deporte y ciencia. Eso es lo que estoy buscando.
¿Cómo evalúa la situación actual de la educación en Colombia y cuál cree que debería ser el papel de las instituciones educativas y la sociedad en general para abordar el consumo de drogas entre los jóvenes?
Es apremiante revisar el modelo educativo colombiano y en eso hemos insistido desde todos los escenarios legislativos.
De acuerdo con las cifras del Ministerio de Educación, entre noviembre de 2022 y mayo de 2023, han desertado 473.786 niños y jóvenes de sus colegios. Así mismo, de cada 100 niños que ingresan al preescolar, solo el 30% se gradúan de bachilleres.
Es hora de revisar qué tipo de educación se está ofreciendo actualmente, un modelo de más de 200 años a niños y jóvenes de siglo XXI, con intereses y visiones distintas.
Promovemos también la revisión de las formas de medición de la calidad de la educación en el país. Colombia ocupa los últimos lugares en las Pruebas PISA en las recientes ediciones.
Así mismo, es importante incluir en el modelo educativo las competencias afectivas y socioemocionales, es vital el desarrollo de las inteligencias múltiples; promover la formación docente permanente y la implementación de escuelas de padres de familia, sobre este particular estamos trabajando en un proyecto de ley.
Usted mencionó la cifra de 258,000 escolares que han consumido sustancias psicoactivas en los últimos 12 meses. ¿Cuáles considera que son las principales razones detrás de este aumento alarmante y qué medidas específicas propone para combatir esta tendencia?
Dentro de las razones, podríamos destacar en algunos casos la presión de grupo, la necesidad de encajar, la construcción de la autoestima, la fragilidad de la familia, muchas de ellas con diversos conflictos, la curiosidad, la soledad, la violencia escolar y algunos problemas emocionales. En ese sentido, es relevante mencionar el estudio realizado por Miguel de Zubiría en su libro ‘La Afectividad Humana’, revela que, siete de cada diez niños en Bogotá son incompetentes afectivamente.
Una de las medidas, y quizás la más efectiva sin duda, es la prevención, creando ambientes saludables desde la familia y las instituciones educativas. Esto requiere una acción coordinada que permita una intervención a tiempo.
Por esta razón, es de vita impacto en los programas institucionales para niñez y juventud, la implementación de las escuelas de padres de familia y el aumento de psicólogos al interior de las instituciones educativas.
¿Cómo ve la relación entre el abandono escolar y el consumo de drogas entre los niños y jóvenes en Colombia? ¿Qué medidas específicas propone para reducir el número de desertores y prevenir situaciones de suicidio entre los estudiantes?
La relación entre el abandono escolar y el consumo de drogas entre niños y jóvenes en Colombia es compleja. El abandono escolar, que suele estar en algunos casos relacionado con condiciones socioeconómicas desfavorables, sumado a la presión de grupo, entre otros factores, puede aumentar la vulnerabilidad de los jóvenes al consumo de drogas.
Es fundamental la implementación de estrategias integrales que aborden de manera simultánea el consumo de drogas y la deserción. Para lograr esto, se requieren programas educativos e iniciativas relacionadas con salud mental. Lo más importante es involucrar a la familia, la comunidad y las instituciones educativas en este proceso.
Mencionó la necesidad de actualizar el modelo educativo. ¿En qué aspectos específicos cree que se debería hacer hincapié para abordar eficazmente los problemas de salud mental y el consumo de drogas entre los jóvenes?
Hemos insistido en la necesidad de ofrecer una educación acorde con los intereses de los estudiantes del siglo XXI, promoviendo el desarrollo de talentos y actualizando la evaluación de nuevas competencias y habilidades.
Un dato curioso es que más de la mitad de los estudiantes de grado noveno no entienden bien lo que leen y dos terceras partes obtienen el nivel más bajo de desempeño en razonamiento matemático. Necesitamos un modelo educativo con énfasis en el desarrollo humano y en las competencias afectivas que nace en la familia y se desarrolla en la escuela.
¿Cómo planea involucrar a los padres de familia en la lucha contra la drogadicción y cómo cree que la reglamentación de las escuelas de padres de familia puede contribuir a esta causa?
Debería existir mínimo una hora semanal de formación de padres ya que de verdad son fundamentales en los procesos educativos. Ser padre es una técnica porque exige entrenamiento, ciencia porque exige investigación, y arte porque exige inspiración.
Las Escuelas de Padres son cruciales porque incluyen métodos de enseñanza para contribuir a que sus hijos construyan su propia realidad, se eduquen en emociones, fortalezcan la toma de decisiones, encuentren sus talentos y desarrollen la pasión por la vida y la conquista de su significado.
Habló sobre la importancia de la formación de competencias socio-afectivas y emocionales. ¿Cómo se traduciría esto en la práctica y qué beneficios espera obtener de la implementación de este tipo de formación en el sistema educativo?
Espero que sea parte del antídoto ante tan compleja problemática, una forma diferente y actualizada de abordar el desarrollo humano desde la educación.
¿Cómo imagina la colaboración entre diferentes sectores, como el educativo, el de la salud mental, el cultural y el deportivo, para abordar integralmente el problema del consumo de drogas entre los jóvenes en Colombia?
La mesa nacional por los hijos de Colombia, que estoy promoviendo, tiene como propósito precisamente coordinar esfuerzos gubernamentales y revisar la oferta institucional junto a sus verdaderos impactos, focalizar los recursos y articular las acciones. No podemos seguir con las mismas capacitaciones vacías; es necesario coordinar acciones que realmente lleguen a la población. Desde este escenario, esperamos contribuir a enfrentar el flagelo de la drogadicción que está afectando a nuestra niñez y juventud.
Dado que Colombia figura entre los diez países de la OCDE con mayor violencia escolar, ¿cómo abordaría específicamente el problema del ciberbullying y la violencia en las escuelas en el marco de sus propuestas y proyectos legislativos?
Desde nuestro trabajo legislativo hemos logrado colocar en la agenda pública de país la salud mental de los niños y jóvenes. Una cifra muy preocupante, revelada por la Procuraduría, en la audiencia pública que promovimos sobre la salud mental en Colombia, es que 190 niños y jóvenes se suicidan al mes en el país, lo que representa un indicador alarmante, que unido a las múltiples violencias muestran una radiografía que urge acciones inaplazables en esta materia.
El primer paso es reconocer la existencia de este problema, generar una conciencia del cuidado y el autocuidado, activar las rutas, capacitar y formar sobre los escenarios de respuesta, por ello, hoy presido una Comisión Accidental del Senado dedicada a esa materia, que revisa todo el escenario legislativo y promoverá un amplio diálogo nacional con expertos, academia, Colegio Colombiano de Psicólogos, Sociedad Colombiana de Psiquiatría, de Psicoanálisis, Fedepadres y todos aquellos que quieran contribuir en la búsqueda de caminos; los primeros pasos ya los estamos dando.
