Margarita Suárez Trujillo
Con el fallecimiento de Pedro Gómez Barrero vienen a mi mente imágenes de este gran empresario que lideró la construcción de los primeros Centros Comerciales en Colombia. Lo abordé en dos ocasiones, la primera cuando lanzó Unicentro en el norte de Bogotá y la segunda cuando presentó el proyecto de Unicentro Neiva, diseñado por su esposa Piedad Gómez. Pasaron cerca de 40 años.
La primera entrevista la realicé para la revista “Consigna” que dirigía Jorge Mario Eastman Vélez y gerenciaba Gloria Lara de Echeverri. Yo empezaba en el periodismo y llevaba en un papel las preguntas que formulé. Las respuestas las registré en una grabadora del tamaño de una panela, hoy veo las fotos y me sorprendo. Ahí me enteré que Pedro Gómez Barrero, no era ingeniero ni arquitecto, sino abogado de la Universidad del Rosario. Su carrera la ayudó a financiar trabajando como celador nocturno en el Ministerio de Agricultura.
Monseñor Castro Silva, profesor de Filosofía del Derecho, lo vio tan demacrado, pero tan buen estudiante, que después de consultarle, lo nombró en el cargo de “pasante” de la sección de bachillerato, para que ganara unos pesos sin tener que trabajar de noche. Hombre serio pero amable, de gran tesón y caballerosidad, inteligente, disciplinado, visionario, elegante y apuesto, cualidades que enamoraron a la arquitecta huilense, Piedad Gómez, quien laboraba en Pedro Gómez y Compañía, y era 30 años menor que él.
Después de un discreto romance, se casaron y tuvieron a María, su única hija, arquitecta de 23 años. Conocí desde niños, a Piedad y a sus hermanos, Hernando Enrique y Alba Lucía, debido a la amistad de nuestros padres, que eran compadres. Ambas familias vivíamos en Garzón. Como no sabía los intríngulis de la relación de la pareja, me pareció fácil solicitarles una entrevista cuando regresaron de su luna de miel en Europa.
Transcurría el año 1994 y acababan de formalizar su relación, tras una boda íntima realizada en República Dominicana. No fue posible el reportaje. Tiempo después, alguien cercano a los contrayentes, comentó que Piedad prefería no incomodar, con artículos de prensa, a los hijos de la primera esposa del empresario, María Teresa Guzmán. Paz en la tumba del “padre” de los Unicentros.