Por: Gerardo Aldana García
El registro literario disponible tanto en las más importantes bibliotecas del mundo como en el espectro de internet, da cuenta de diferentes rankings de los mejores o los más leídos cuentos de navidad, escritos por figuras que han perdurado incluso más de un siglo, cuales son los casos de: «Cuento de Navidad» de Charles dickens
Publicado en 1843. El regalo de los Reyes Magos» de O. Henry de principios del siglo XX. «El regalo de los Reyes Magos» publicada en diciembre de 1905. Una visita de San Nicolás» de Clement Clarke Moore, que más que cuento es un poema de la Navidad de 1823. La pequeña cerillera» de Hans Christian Andersen, Publicada en 1845. La Reina de las Nieves» de Hans Christian Andersen, publicado inicialmente el 21 de diciembre de 1844. El Cascanueces y el rey de los ratones» de E.T.A. Hoffman, publicada por primera vez en 1816. La Navidad para un niño de Gales» de Dylan Thomas, salió al mercado en 1952 y El abeto» de Hans Christian Andersen, publicado en diciembre de 1844.
Ciertamente, los paradigmas en los que se desarrollan los cuentos cuya motivación de los autores fue la navidad, tienen unos elementos que los hacen similares desde la perspectiva de los hechos generadores de dolor versus aquellos que engendran alegría, en una serie tramas con personajes fantásticos o del mundo real, con roles claramente diferenciados que luchan en una puja por la primacía, siendo posible, en varios casos, que al final del relato, el bien se imponga sobre el mal, lo cual surge de la motivación de emociones tiernas capaces de provocar la emersión del lado amable de los seres humanos. Por ejemplo, se valen los narradores de la imagen de un anciano avaro que recibe la visita de fantasmas de las navidades pretéritas, presentes y futuras, desde lo cual se busca enfatizar los valores de la familia, la caridad y la buena voluntad. En otro caso, aparece una pareja joven decidida a darse regalos de navidad a pesar de que viven en una inmensa pobreza, por lo que cada uno sacrifica su posesión más preciada para comprar un regalo para el otro. En un escenario alterno de los cuentos, surge un relato muy conmovedor que estimula al lector a pensar en los menos afortunados durante una temporada de abundancia, llegando al contraste entre los que tienen y los que no tienen.
A medida que se leen los cuentos, el ávido lector asume un papel de juez para evaluar y repudiar los procederes de los malvados, los malhumorados, los ávaros y los abusadores, al tiempo que se declara devoto de aquellos menos favorecidos, los de bellos sentimientos, ansiando un mundo mejor para la humanidad. En alguno de los relatos, por ejemplo, en el «El abeto» de Hans Christian Andersen, se advierte una reflexión conmovedora sobre la gratitud y el aprecio por la vida en el momento, en el presente, todo a través de los ojos de dolor de un árbol de Navidad. En otro relato, se invocan sentimientos de nostalgia capaces de reflejar claramente la magia y la inocencia de la Navidad de un niño. En El Cascanueces, un juguete cobra vida para luchar contra el malvado Rey Ratón. Y qué decir de aquella Reina de las Nieves, con su corazón helado, representando los escalofriantes obstáculos a los que se enfrentan los enamorados, para dar finalmente el triunfo del amor sobre la adversidad, en la magnífica narración de Hans Christian Andersen.
El hecho es que esto en donde lo bueno resulta vencedor sobre lo malo, suele pasar en los cuentos de navidad, cuya alma impregna de una atmósfera bienhechora a todo el planeta durante los pocos días de diciembre, especialmente en el mundo cristiano. Pero el resto de los meses, los hombres optan por privilegiar a los villanos; entonces, la inocencia de unos niños palestinos o ucranianos, o de un joven israelí o ruso, o de una madre a quien el conflicto en Colombia ha segado la vida de sus hijos, no vale nada. Las hadas benéficas lloran la incursión de duendes malévolos que inspiran la maldad de gobernantes adeptos de la belicosidad. Es lamentable que la memoria de lo bello se pierda tan pronto las luces de navidad se apagan y en su lugar, devengan las sombras matizadas por intereses mezquinos de las potencias, abrumando a las naciones más débiles, maldiciendo con ello es espíritu del respeto, la tolerancia y la caridad universal.
