Por: Carlos Tobar
Ya se ha vuelto una noticia común los desastres ambientales por causa del calentamiento global. Son pan de cada día. No solo en nuestro entorno vital. A nivel mundial, son escalofriantes los impactos que el clima enloquecido y fuera de control, causa a miles de pobladores que miran impotentes como les cambia la vida de la noche a la mañana.
En horas recientes un huracán, el Fiona, arrasa por enésima vez, la isla de Puerto Rico -un estado asociado de los Estados Unidos. En las semanas anteriores vimos en las noticias las fuertes inundaciones que arrasaron con la tercera parte del territorio de Paquistán.
Por esos mismos días, distintas áreas del planeta fueron afectados por olas de calor extraordinarias. China sufre la peor sequía en 60 años que durante 2 meses y medio afectó la mitad de su territorio. En Europa central la ola de calor secó el cauce de ríos importantes para el suministro de agua para la población. En el suroeste de los Estados Unidos, las olas de calor recurrentes por varios años ha desaparecido y minimizado cauces vitales como el del río Colorado.
En Colombia, llevamos prácticamente un año viendo llover con mayor intensidad de lo acostumbrado y, el Ideam ha advertido al gobierno que este régimen climático se estará acentuando en los meses finales del año.
Es evidente que la humanidad está frente a un problema vital. No se puede soslayar.
Tal vez, el hecho protuberante que explica las causas del calentamiento global, es la emisión de gases de efecto invernadero. Un fenómeno que la ciencia ha determinado como antrópico, es decir, causado por la sociedad humana.
La pregunta del millón es: ¿todos los seres humanos tenemos el mismo grado de responsabilidad de tal situación?
Es evidente que no. Esta es una sociedad dividida en países ricos y desarrollados (muy pocos) y, países en vías de desarrollo (muchos). Tienen la característica, los primeros, de ser los mayores causantes de los gases contaminantes-GEI. La diferencia es abismal.
La otra desigualdad aberrante, concomitante con la anterior, es la de sectores sociales minoritarios (el 0,001%) que concentran la mayoría de la riqueza mundial y poblaciones inmensas sumidas en la pobreza. Los ultrarricos son los mayores responsables de la contaminación y el desequilibrio ambiental.
Un tema complejo para analizar en detalle.
