Diario del Huila, Ciudad
Por: Hernán Guillermo Galindo M
El 28 de diciembre se homenaje a los bebés asesinados en tiempos de Herodes a la vez que se hacen todo tipo de bromas. Elige la que más le guste y cuidado con que lo pillen.
Cada 28 de diciembre, un día como hoy, trae consigo en todo el mundo una celebración denominada ‘Día de los inocentes’, la cual tiene dos significados totalmente distintos y a la vez relacionados por un episodio ocurrido hace más de 2.000 años.
Por un lado, el cristianismo adoptó este día para honrar la memoria de los niños que murieron durante el mandato del Rey Herodes, quien en su afán por evitar que el recién nacido Jesús de Nazaret viviera, envió a los soldados a matar a todos los niños menores de 2 años que en ese momento se encontraran en Belén.
Las bromas se ponen a la orden este día.
Por otra parte, tanto Hispanoamérica como en Colombia se acostumbra a realizarse bromas que tienen como fin engañar a las personas y hacerles ver que han caído en ellas por ‘inocentes’.
Es por ello que durante este día es frecuente ver a medios de comunicación publicar o decir noticias falsas o exageradas, o llamar a amigos para contarles algún suceso inexistente u otras mentiras, para, pasado un buen rato, decirles la verdad con frases como: “Caíste por inocente”, acompañadas de muchas carcajadas.
“En cuanto a la celebración con bromas y carcajadas, algunos autores afirman que esta tradición corresponde a que el Día de los Santos Inocentes se fue asociando con la Fiesta de los Locos, la cual se hacía entre Navidad y Año Nuevo durante la Edad Media”, comenta el historiador huilense Ricardo Tovar.
Si es católico lo puede celebrar de dos formas, asistiendo a la misa y en el transcurso del día puedes hacerle a alguien una broma inocente, sin hacerle ningún daño, o desatar un drama, comenta el sacerdote Alfredo Rivera.
La realidad actual es que se ha ido perdiendo la tradición de las bromas e inocentadas, comenta Julio Alberto Ramos, adulto mayor, que comenta que antes era muy común hacer bromas y jugar aguinaldos en la temporada navideña.
Cambiar el jabón por queso es una broma que se estila.
“Los grandes y pequeños nos afanábamos estos días por llenar de ideas y objetos con artículos de broma, disfraces y ‘trampas’ para sorprender a los más desentendidos o distraídos”, destaca.
Lucila Monje aporta que el Día de los Inocentes se prestaba para todo, “para divertirse, hacer pegas a los amigos, burlarse de la gente, pero sanamente, sin hacer daño, aunque hubo casos de bromas pesadas, como un amigo que dio el pésame a otro por la muerte de la mamá y casi lo mata del susto”.
A la pregunta de si ha hecho alguna inocentada en esta fecha a familiares, amigos o compañeros de trabajo o la haría las respuestas de los neivanos fueron disímiles.
La mayoría conoce del tema de las trampas y bromas, han compartido en ocasiones alguna, pero no son muchos los que las han protagonizado o realizado.
Pegar letreros en la espalda es otro de los juegos para este día.
“Tal vez porque ahora la gente vive más informada, más enterada de las cosas. No es fácil de sorprender ni cogerla fuera de base. Las redes sociales cuentan, anticipan y adviertes las cosas. Antes no había esa posibilidad”, manifiesta Jorge Otálora, estudiante de 24 años.
Actualmente, todas las bromas valen, con el consentimiento, incluso, de los que no les agrada recibirlas, señala Juan Vargas. “Sí, vale la pena mantener las tradiciones, como esta, que es inocente, como dice su nombre”.
Ana Castillo no está de acuerdo: “Es una cosa de otros tiempos y de mal gusto. Lo digo porque sufrí en carne propia una jugada que me hizo daño. Me inventaron que había ganado la lotería en un tiempo de muchas necesidades familiares y después supe del engaño. Todos se burlaron de mí y de mis padres, que se ilusionaron con el premio frustrado”.
De cualquier manera el Día de los Inocentes se presta para todo. Pegar una moneda en el piso; adelantar la hora de los relojes; decir una noticia falsa o exagerada; poner un monigote en la espalda, cambiar el contenido del tarro del azúcar por sal; colocar un poco de pasta de diente o algún otro ungüento en la cara o en las manos de la víctima.
Fingir un cristal roto. Se hace con tiza y jabón
Opines
Algunos neivanos nos contaron sobre su experiencia en el día de los inocentes:
Jairo Bustos- Estudiante: Una vez me hicieron la broma del supuesto kumis, que realmente era jabón. No fue muy agradable, pero tocó aguantarme y pasarla por inocente, puesto que yo he sido bromista con los compañeros.
Camilo Perdomo- Pensionado: ¡La peor inocentada que recuerdo en la que participé fue una vez que se me ocurrió entrar corriendo y gritando tembló!, tembló! Casi mato a mi mamá del susto y luego el del susto fui yo por la muenda que me dio una vez se recuperó de la mala broma que le hice.
Nidia Gutiérrez- administradora : realmente no me gusta eso de las bromas y por eso respeto el día de los inocentes por la connotación religiosa, pero si me hicieron una inocentada en un día distinto, había inscrito la hoja de vida para clasificar en un puesto en un supermercado, me enviaron un correo con carácter de urgencia debía consignar $28.000 pesos a una cuenta para supuestos exámenes de admisión y debía ser antes de las seis de la tarde de ese día para al siguiente día ir a los exámenes, solo encontré caras largas iguales a la mía que también habían caído en la trampa.
Rafael Cortés- emprendedor: En una oportunidad mis hermanos a la hora del desayuno me cambiaron el azúcar por sal. Como soy de buen comer y lo hago rápido, tomé la supuesta azúcar y se la apliqué al café sin ninguna malicia y al primer sorbo, me congestioné, me atoré y por poco se me devuelve todo. Todos celebraron y se rieron, menos yo.
Broma del huevo frito. Se hace con yogurt y melocotón
