El día anterior se celebró en todo el país, el día del Economista el cual fue destacado por todos los programas universitarios que ofrecen la formación de esta disciplina, mediante el desarrollo de eventos académicos que están relacionados con el rol que desempeñan estos profesionales en la estructuración de políticas públicas tendientes a mejorar el bienestar de las familias colombianas. Todos los años, Colombia le rinde homenaje a esta insigne profesión donde se les reconoce la labor de éstos, en las organizaciones privadas y públicas. Son profesionales que se dedican a analizar las causas, las consecuencias y las tendencias que afectan la producción y/o adquisición de bienes y/o servicios. Además, son expertos en identificar variaciones en el comportamiento de las empresas o de las personas que favorece o desacelera el consumo. Cuando al país le va bien, el reconocimiento se lo hacen a los administradores. Pero cuando le va mal, la responsabilidad es de los economistas. Algo absurdo. Hoy en día, estos distinguidos profesionales, son los que diseñan y proponen al gobierno, las acciones que se deben emprender y aplicar para salir de las crisis en que se debate la sociedad colombiana.
Desde tiempos pretéritos, la economía ha sido un campo de conocimiento indispensable para el desarrollo de la sociedad. Desde el siglo XVIII, se trataba más como un conjunto de saberes pertenecientes a la filosofía. Hoy en día, es una disciplina científica. Los filósofos en Europa querían hallar una explicación para entender el siguiente dilema: ¿por qué cuando una persona realiza acciones para mejorar su bienestar, termina contribuyendo al bienestar de toda la sociedad? La respuesta que predominaba provenía de la religión: todos tienen derecho a todo por ser hijos de Dios. Pero ocurrió un hecho histórico, que cambió totalmente este paradigma. En 1776, el filósofo y economista Adam Smith presentó su libro titulado La Riqueza de las Naciones. Aquí nacieron las bases de las ciencias económicas. Smith manifestó que el bienestar social dependía del crecimiento económico, también expuso el concepto del libre mercado y sus efectos. Por eso se le considera el padre de la economía.
Actualmente los colombianos tenemos una incertidumbre económica. Los indicadores que promulgan el Dane y de los centros de pensamientos de los gremios del país, son adversos y están afectando seriamente la dinámica económica y por ende, el bienestar general de la sociedad. Es cuando los economistas, empiezan a proponer correctivos con el fin de reorientar la política macroeconómica. No tienen en cuenta los sesgos ideológicos, ni lo intereses de clase. El código de ética profesional del Economista, el cual está soportado en el Decreto 1268 del 28 de junio de 1977, así lo establece: El honor y la dignidad de su profesión deben constituir para el economista, su mayor orgullo y para enaltecer su profesión y coadyuvar a su engrandecimiento,