Al conmemorarse hoy el Día Internacional de la Mujer, muchas de ellas no saben por qué se celebra este acontecimiento y lo celebran, solo porque se enteran por los medios de comunicación. Su celebración se realiza en medio de lo que saben hacer, trabajar.
Es el caso de Marleny Medina, una mujer cuarentona que tuvo que comenzar a trabajar a temprana edad como muchas de las mujeres colombianas que han ayudado a sacar adelante a varias generaciones en medio de las dificultades.
Esta mujer de tez blanca, cabello castaño claro lleva 18 años vendiendo tintos, aguas aromáticas y café con leche en el parque Santander en pleno centro de Neiva.
Con esto logró sacar adelante a cinco hijos, “cuatro varones y una mujer, todos ya cada quien, con su vida, ahora vivo sola y trabajo para mis necesidades y manutención”, contó, después de entrar en confianza y saber que va a salir en el Diario del Huila en el Día Internacional de la mujer.
Para ella es una fecha que se celebra, cada año como reconocimiento a la mujer, pero no tiene claro que se debe a los acontecimientos que ocurrieron dos siglos atrás y que enmarcaron el comienzo de la lucha de las mujeres por sus derechos.
De sus orígenes, Marleny comenta que nació en Pitalito, pero poco supo de papá y de mamá, le tocó comenzar a trabajar desde los 15 años, al igual que a sus hermanos. Estudió hasta séptimo y de ahí en adelante a defenderse en la vida.
Antes de venirse para Neiva en busca de otras oportunidades al considerar que por ser la capital encontraría otros caminos para realizarse en la vida, trabajó como recolectora de café o labriega en las fincas, haciendo de comer para los trabajadores o en un restaurante.
El traslado para Neiva, lo hizo cuando cumplió los 18 años y se dedicó a la venta de tintos, “desde ese entonces estoy con mis tinticos, siempre en el parque Santander en donde llevo dieciocho años y en este sitio voy para tres”, indicó
En la actualidad está sola, tras una relación con el que fue su compañero de viaje por diecisiete años y del que le quedaron cinco hijos, el mayor tiene 32 y el menor 23, “Ya están criados, unos cogieron por un lado y otros por otro lado y prácticamente yo vivo sola en este momento”, agregó Marleny.
Siempre ha estado en la venta de tintos, labor que hace de manera independiente y permanente con algunas excepciones en época de cosecha de café en la que decide irse a coger café, lo que sabe hacer, y así aprovecha para ganar algunos recursos.
Un día en su vida
El día para Marleny Medina comienza sagradamente a las cuatro de la mañana cuando se levanta en su casa del barrio las Palmas en el oriente de Neiva. “Yo me levanto, preparo mis diez o quince termaditos de tinto y me vengo a trabajar, con Dios y la Virgen”, afirmó.
De nuevo da gracias a Dios, gracias al cual tiene una buena clientela que comienza a atender desde las 6 y 30 de la mañana en el parque Santander y se marcha sobre las 2 o tres de la tarde haya vendido todos los tintos o no. “Cuando no los vendo todos, los que quedan los regalo, para qué me voy a llevar tinto recalentado a la casa”.
Los precios oscilan entre $500 y $1.000 pesos el tinto dependiendo del tamaño y el café con leche lo mismo entre $600 y $1.200 pesos según sea pequeño o grande.
Para terminar, le pregunto si sabe del día Internacional de la mujer y responde que “se reconoce a la mujer trabajadora, que lucha por salir adelante, las mujeres que luchan por sus derechos”.
Como mensaje a las mujeres que como ella trabajan a diario, primero las felicita en su día y las invita a “seguir luchando a seguir trabajando para salir adelante”.
Contexto
En marzo de 1857, las mujeres trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York, Estados Unidos, se tomaron las calles para protestar en contra de la precariedad y la diferencia salarial.
54 años más tarde, el 25 de marzo de 1911, 123 mujeres murieron incineradas en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, también en Nueva York, a causa de las fallas de seguridad de las instalaciones y de la opresión que se ejercía en su contra pues, durante el incendio, las mujeres estaban encerradas y no tuvieron posibilidad de huir, de ese trágico suceso surgió la lucha por la justicia social por igual para hombres y mujeres.