El jueves anterior la ciudad de Neiva volvió a experimentar otra jornada de Día sin Carro generando no sólo incertidumbre e impotencia, sino también, caos de movilidad en los ciudadanos que no tenían alternativa de como desplazarse a sus diferentes destinos.
Si bien es muy positivo que se esté pensando en contribuir a la mitigación de los impactos ambientales, también es cierto que es preciso planear de mejor manera esta faena.
Lo primero que hay que decir, es que no hubo disposición suficiente del parque automotor para atender la demanda incrementada por razones obvias. Los ramilletes humanos colgaban de las busetas que circulaban, entre otras cosas, varias de ellas dejaban una estela de humo a su paso. Las empresas de taxis no respondían, y si lo hacían, decían que no había servicio. Algunos taxistas exageraron en sus tarifas y se regodeaban seleccionando a los usuarios y los sectores.
En segunda medida, señalar que los guardas de tránsito, sacaron más pecho que de costumbre, mostrando su autoridad, a veces exagerada, y evidenciando que les importaba más hacer comparendos que velar por una correcta orientación sobre movilidad a los ciudadanos que solicitaban información. ¿Cuáles son los requisitos que se exigen para ser guarda de tránsito?
Lo tercero, es relacionado con los debidos controles que se deben hacer a los vehículos con la revisión técnico-mecánica. No sólo el día sin carro, debe ser todos los días. Pues, riñe con los propósitos de la jornada, permitir que se contamine la ciudad. Lo peor, muchos de los vehículos que arrojan humo y gases, tienen esa revisión al día. ¿Cómo puede ser posible esto?
Lo otro, es que resulta risible que un funcionario presenta un balance de la jornada y se refiere es a la cantidad de comparendos y sanciones realizadas, como si ese fuera el propósito del día sin carro. ¿O acaso ese es?
Muchos ciudadanos madrugaron con su carro y lo guardaron en parqueaderos privados, en sus empresas o en otros lugares, y los sacaron una vez terminó la restricción.
Sería positivo y propositivo, que para jornadas futuras y de similares propósitos, se ambiente con más tiempo, se prepare a la gente, se fijen medidas preventivas, se formulen alternativas, se planteen otras maneras en las que la ciudadanía pueda no sólo acatar las directrices impartidas, sino que también pueda aportar a los propósitos colectivos.
De otro lado, se esperan los resultados de impacto ambiental de estas jornadas sin carro. Es bueno que la ciudadanía los conozca. Así sean mínimos. Ello genera convicción y pertenencia con estas faenas.
