El Huila y su capital, Neiva se encuentran en una zona de alta incidencia sísmica de acuerdo a informes de expertos que han alertado sobre el fenómeno, a raíz del terremoto de Turquía. La pregunta que surge es ¿qué tanto hemos avanzado en materia de construcción sismorresistente y cuáles son las normas y controles existentes?
Para comenzar hay que partir de la base de que, según los expertos consultados por el Diario Del Huila, el 85% de las construcciones en Colombia son ilegales o improvisadas. El 15% restante se realizó o se está construyendo con licencias que para el efecto son otorgadas por las curadurías urbanas. En el caso del Huila solo existen dos y están ubicadas en Neiva. En los restantes 36 municipios del departamento, la función la ejercen las secretarías de planeación del respectivo ente territorial.
Además de la gran improvisación, los controles que deben hacer los municipios, son realizados en muchos casos por personal que no tienen la preparación e idoneidad para ejercer esa función, por lo que son permeables a la corrupción, que es otro fenómeno que no es ajeno y que le hace mucho daño a la construcción en la región en el país de acuerdo a lo que conoció Diario del Huila.
Contexto nacional
Colombia, como Turquía, es uno de los pocos países del mundo en los que confluyen tres placas tectónicas. La parte continental del país andino está ubicada sobre la placa Sudamérica, Las islas de Gorgona y Malpelo están sobre la placa Nazca y las islas de San Andrés y Providencia sobre la Caribe.
Esta localización geográfica en la punta norte de Sudamérica, privilegiada para el comercio y el turismo, hace que el país se asiente en una zona de alto riesgo sísmico. Así lo reconoce John Makario Londoño, doctor en geofísica de la Universidad de Kioto en Japón y actual director técnico de Geo amenazas del Servicio Geológico Colombiano. “Colombia está en una zona sísmicamente muy activa”, dice Londoño. Y añade: “Cada mes tenemos al menos 2.500 pequeños sismos. Nos movemos. Eso es innegable”.
La profesora Gina Villalobos, ingeniera civil y doctora en sismología, explica por teléfono que hay ciertas zonas de Colombia que tienen un peligro real de sufrir sismos devastadores.
“Las ciudades de la región pacífica como Cali, Quibdó o Popayán tienen un peligro sísmico muy alto por estar cerca del llamado cinturón de fuego del Pacífico”, dice Villalobos.
La científica, que tiene un posdoctorado en atenuación sísmica de la Universidad Autónoma de México, agrega que la alta peligrosidad también afecta a las ciudades del eje cafetero: Armenia, Pereira y Manizales, donde ya ocurrió un grave terremoto el 25 de enero de 1999.
Villalobos afirma que Bucaramanga en Santander, Ibagué, en el Tolima y Neiva en el Huila también están en peligro sísmico alto. “Todas las ciudades y poblaciones de esas regiones tienen que estar preparadas para un sismo grande en cualquier momento”, advierte la investigadora. Y recuerda que en 1906 hubo un terremoto cerca a Tumaco que acabó casi con todo en la región.
El geólogo Flover Rodríguez, director de la Asociación de Geólogos y Geofísicos de la Energía de Colombia, afirma que al país todavía le hace falta mucho trabajo de prevención para resistir un terremoto como el que sufrió Turquía. “El 88% de los planes de ordenamiento territorial de los municipios en Colombia, que son los encargados de establecer las normas sísmicas, están desactualizados”, denuncia Rodríguez “Colombia está en mora de establecer una política clara de ordenamiento territorial para proteger a sus ciudadanos de la situación sísmica”.
Reconoce que, a pesar de los avances que ha habido en las normas sismorresistentes en las grandes ciudades, todavía hay muchas construcciones que no cumplen con los requisitos mínimos de seguridad. “Muchísimas viviendas de interés social y popular no cumplen con estas normas”, se lamenta Londoño.
Para él es casi seguro que, si ocurre un terremoto de la magnitud del de Turquía, muchos edificios donde viven las familias más pobres de distintas regiones del país colapsarían. “Eso es un peligro grandísimo para la gente más vulnerable”.
Panorama en el Huila
El Huila no escapa a la situación en el país, con apenas dos curadurías, urbanizaciones piratas e improvisación ya que los POT desactualizados pues el de Neiva se venció hace 30 años, por lo que el uso del suelo queda a merced de los funcionarios de turno con una puerta abierta a la corrupción, que es otro de los fenómenos presentes.
Para saber más en detalle, Diario del Huila, consultó a conocedores del tema y la verdad es que las respuestas dejan una gran preocupación.
La revisión de todos los licenciamientos de construcción se hace a través de las curadurías urbanas, en Neiva existen dos; la primera y segunda. Con sus equipos integrados por; jurídicos, arquitectos, e ingenieros estructurales, se encargan de hacer la revisión del proyecto desde la más pequeña de las construcciones, hasta las más grandes edificaciones en la ciudad.
Hay que recordar que entre el 80% y el 85% de las obras que se adelantan en Colombia son ilegales, y los que básicamente acuden a obtener las licencias de construcción son las que tienen la obligación como son las constructoras. Estas acuden a las curadurías o a las oficinas de planeación según sea el caso y el territorio en el que van a construir.
La ley 13 88 de 1997 se creó la figura del curador y en el Huila solo existen dos, el primero y segundo de Neiva.
El proceso
Para obtener la licencia de construcción, la solicitud pasa por varios filtros dentro de la curaduría. En el caso de la curaduría urbana segunda de Neiva, a cargo del abogado Rubén Guzmán, pudimos constatar que son dos profesionales especializados en derecho urbano, los encargados de emitir el concepto sobre el cumplimiento de toda la normatividad existente.
Una de estas profesionales es la abogada, Roció Sanchez Donoso, recordó que lo que pretende la norma es que todas las construcciones en Colombia cumplan con la norma de sismo resistencia.
“Esto es que en cuando ocurra un sismo sean resistentes y no colapsen, la norma vigente actualmente es la NSR-10, que establece los requisitos que debe cumplir una edificación dependiendo su uso, sea para vivienda, salud, uso comercial, cada construcción tiene sus requisitos especiales”, manifestó.
Es el primer paso que, si se cumple con todos los requerimientos, pasa a la revisión arquitectónica y estructural, para finalmente expedir el acto administrativo que expide o no la licencia, dijo la abogada Sánchez.
Uno de los arquitectos de mucha experiencia, Mauricio Quiza, que fue presidente de la sociedad de arquitectos del Huila, ahora con la curaduría segunda, que cuenta con otros dos profesionales en el área, ilustró sobre el paso que ellos realizan.
“En el caso de Neiva, por estar en una zona de alto riesgo sísmico, predetermina la norma especialmente de tipo estructural, urbanística y de edificabilidad, se debe aplicar a las edificaciones, dependiendo del uso, una cosa es una edificación destinada a un uso de vivienda, otra la de uso industrial, para salud y comercial etc.”, explicó.
Para el arquitecto lo fundamental es que, si no se tienen en cuenta todos esos aspectos, en los diseños y planos desde un inicio su posterior ejecución, no podría garantizar que se puedan blindar con base en el cumplimiento de la norma que es la que determina en donde se puede construir o en donde no se puede construir o donde con determinadas restricciones.
Adicional comentó que cuando comienza a gestar un proyecto, se deben hacer las consultas previas necesarias para poder tener todo el espectro normativo que se debe cumplir en el génesis del proyecto y por eso se deben adelantar las consultas, a planeación o a una curaduría en donde se indiquen cuales son las normas de ordenamiento territorial, las normas ambientales que tienen que ver con la gestión del riesgo, las normas de ingeniería que tienen que ver con todos los cálculos estructurales y todos los estudios requeridos y finalmente la norma urbanística y de arquitectura.
Las edificaciones
Sobre el tema estructural que es fundamental para el cumplimiento y desarrollo de la norma sismorresistente, consultamos al ingeniero civil, especialista con master en estructuras metálicas y mixtas, maestrante en reparación, rehabilitación en reforzamiento estructural en edificaciones ya existentes, Camilo Falla.
“Para comenzar sobre qué tanto estamos preparados frente a un sismo de gran magnitud, partimos de la base que hemos recogido de versiones de prensa en donde nos dicen que el 80% de las construcciones son informales, lo que se puede observar a simple vista”, dijo.
Al igual que los otros profesionales, manifestó que los constructores son los que están cumpliendo y cuando no, se les hacen las observaciones y por eso son las que construyen dentro de la normatividad. Otro punto que destacó el ingeniero Falla es que la normatividad es cambiante y adicional hay construcciones muy antiguas que deberían actualizarse.
“Pero no hay nada que los obligue y además es algo que resulta muy costoso”, anexó.
En el caso de la norma que se considera cambiante, las actualizaciones no es que sean tan seguidas por ejemplo en los últimos años, salió una inicialmente en el 98, luego en el 2010 se hizo una actualización y desde esa fecha hasta hoy se han tenido unas cuatro actualizaciones dentro de la misma NRS-10.
“Ha pasado un tiempo desde la última fecha para la nueva actualización que se suponía iba a salir en el 2020, pero ha venido aplazándose y todavía no tenemos fecha de la nueva actualización”, agregó.
Sobre su papel en la revisión para el otorgamiento de una licencia de construcción dijo; básicamente lo que reviso es que los datos de entrada concuerden con la normativa y revisar los procedimientos de diseño que utilizó el ingeniero y que los mismos, estén de acuerdo a la norma.
“Eso es lo que uno revisa en cuanto a la memoria de cálculo y hay otra parte que dice lo que deben tener los planos, que no son otra cosa que la representación gráfica de la memoria de cálculo, debe haber una concordancia entre ambos y que cumplan con la norma actual que es la NSR-10”, agregó.
Finalmente, en el caso de la modernización de una edificación implica un costo grande en cuanto a estudios y diseños, aparte que, si hay que hacer un reforzamiento es mucho más costoso, “hay personas que no tienen suficiente músculo financiero y no se atreven a actualizar y argumentan que tienen la casa hace 80 años y ahí está en píe”, relató.
La normatividad de diseño cuando se diseña con un sismo se hace con la posibilidad de que ocurra un sismo cada 480 años, eso se maneja con ley de probabilidades y es otro argumento de las personas para dilatar el actualizarse.