Al pan, pan…
Por: Marco Fidel Yukumà
El monto del desfalco por obras inconclusas en el Huila, supera los 5.3 billones de pesos, según informe de la Contraloría realizado en el 2023, en el que no se hace referencia en ningún momento a los responsables, que han sido, sin duda, los alcaldes, los gobernadores y sus amos, durante los últimos 15 años.
Claro, el daño al patrimonio público de la región, supera ampliamente el monto revelado por la Contraloría, que no se sabe, qué esfuerzos hace para recuperarlo como lo ordena la ley; y que debe ser, obligando a los responsables a pagar con plata o cárcel, los perjuicios causados a las comunidades del departamento, beneficiarias de estas inversiones, pues son quienes pagan los impuestos.
Los hallazgos sobre los millonarios elefantes blancos que pastan desafiantes en los potreros de la corrupción huilense, no dejan de ser, consuelo de tontos, informaciones de prensa, aplausos para los contralores o procuradores de turno, porque no son más que fríos informes con cifras escalofriantes que terminan engrosando los anaqueles de la oficialidad, como evidencia del cinismo y la habilidad de algunos funcionarios públicos para delinquir, arrinconando la justicia.
Recuérdese que los protagonistas del escándalo del estadio Guillermo Plazas Alcid, andan libres riéndose de los jueces que fracasaron en el intento de llevarlos a la cárcel para que pagaran la fechoría. Los responsables de la fallida construcción del Distrito de Riego Tesalia-Paicol, en el occidente del departamento, que dejó pérdidas estimadas en 223 mil millones de pesos, según la Contraloría, también siguen campantes, sin avergonzarse, usufructuando, incluso, el presupuesto regional, con nuevos contratos y prebendas que se reparten cada vez que hay cambio de gobierno.
La construcción de la Torre Materno Infantil en el hospital General de Neiva, Hernando Moncaleano Perdomo, es otro elefante blanco que brama imponente, lidiado con paños de agua tibia, cada vez que la burocracia departamental designa un nuevo gerente, y así se han venido tirando la pelota , mientras el detrimento patrimonial crece ante la mirada impotente de veedores, usuarios, contralores, procuradores de turno, fiscales y defensores del patrimonio que no hacen más que repetir las cifras en informes, cartas y documentos que alimentan la muy noble historia de la corrupción del departamento.
El Huila está plagado de obras inconclusas. Han iniciado la construcción de mega colegios y quedaron a medio terminar; hospitales de mediana complejidad como el CAIME en Neiva, la sede de la ESAP, escenarios deportivos, el malecón del río Magdalena, El Anillo Turístico del Sur, La Planta de Residuos Sólidos de Neiva, PETAR que ha tenido recursos millonarios dilapidados por alcaldes, y no se construye ni siquiera porque lo ha ordenado un juez de la república.
Me preguntarán por los responsables de esas obras inconclusas, y es preciso advertir que en mi caso, estoy cansado de mencionarlos, de publicar sus nombres, de precisar sus responsabilidades y no ha pasado nada, y no les va a pasar nada, prácticamente han sido absueltos porque recurren con descaro al tráfico político de influencias. Además, los contralores, los procuradores y hasta algunos fiscales, llegan a esos cargos como cuotas políticas, provistos de credencial para seguir tapando, y terminan convertidos en expertos domadores de elefantes blancos.
