Por: José Eustacio Rivera
Iván Duque hasta las elecciones del 29 de mayo se había convertido en el presidente más votado en la historia de nuestro departamento del Huila. Cerca de 280 mil votos logró cautivar con su homogéneo carisma, con sombrero suaceño y sus jeans de vaquero, enarboló las banderas de Álvaro Uribe y se convirtió en el más joven presidente en el país.
Con gran expectativa vimos los Huilense la designación como nuevo presidente del congreso al Garzoneño Ernesto Macías, quien se veía muy cercano al mandatario, que se presumía que nuestra región empezaría con pie derecho de un departamento muy generoso electoralmente con el jefe del centro democrático y un esperanzador gobierno para la región.
Pero con el transcurrir de los días, la expectativa y la esperanza de los Huilenses se empezaron a degradar como la naranja del joven presidente, que ni concluyó las vías de mayor influencia en infraestructura para la región ni tampoco trajo obras que influyeran en la sostenibilidad de un departamento que se quedó estancado esta vez no por un conflicto armado, si no por un gobierno que se desconectó totalmente de la dirigencia y de la ciudadanía.
Aplausos para un día y una pesadilla de incumplimientos y reclamaciones para el futuro, se convirtió el presidente con sus ministros con la obra que se convirtio en la de mayor importancia para el desarrollo del sur del pais. Era las vías 4G una esperanzadora inversion que conectaría con eficiencia a toda una region olvidada por los anteriores gobiernos. Una paquidermica gobernanza que le dio aplazamientos constantes y seguidos cuestionamientos. Una desoneccion total de los funcionarios con la realidad de nuestra crisis de infraestructura vial.
Los alcaldes coincidian en la poca generosidad de gobierno en una region opita que ha sido muy golpeada por el conflicto, es el Huila una region que se manifestó con fuerza en el estallido social, más que por una reforma tributaria a un gobierno que no le debemos agradecer nada. De resaltar la reactivacion economica y la vacunacion masiva, pero más que logros fueron mutaciones obligatorias de gobierno, que hoy solo se quedan en aplausos para los funcionarios efectivos más que para el presidente. ¿Qué hubiera sido de este gobierno sin su lúcido ministro de salud?
Aquí nuevamente como ciudad y como departamento nos quedamos con el deseo de la PTAR, la circunvalar del oriente, la vía Isnos-Paletara, La Plata – Inza, Colombia -La Uribe, Neiva – Pitalito – Mocoa que se han quedado en promesas de campaña. Ojalá la nueva bancada parlamentaria y el nuevo presidente, recuerden que somos una region con sed de desarrollo y que como Duque, no queremos que se queden como una deuda más para la historia política de nuestro país.
