El zipaquireño, que tiene en sus vitrinas un Tour de Francia (2019) y un Giro de Italia (2021), espera volver a competir en las grandes del ciclismo en 2023.
Las montañas de Andorra, el pequeño principado ubicado entre Francia y España, han visto la evolución física de Egan Bernal en el último mes.
Por sus carreteras el ciclista colombiano se ha movido a una velocidad promedio de 25,6 kilómetros por hora, buscando subir, parado sobre los pedales, a más de 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
Después de coronar los ascensos, pedalea con fuerza cuesta abajo para regresar a terreno plano en el menor tiempo posible.
“Está haciendo trabajos de acumulación, es decir, recorrer montañas que superen los 1.000 metros sobre el nivel del mar en un solo día. Eso le ayudará para acumular fatiga y prepararse en resistencia”, anotó el entrenador antioqueño Luis Fernando Saldarriaga, quien ha estado en procesos de preparación con deportistas de categoría mundial.
En la prensa europea se dice que Bernal estuvo concentrado en un campamento de alto rendimiento desde el 5 hasta el 25 de julio. En ese tiempo el pedalista evolucionó en la dificultad de sus recorridos. La semana pasada se le vio montando por un camino de piedras, terreno en el que por lo general se hacen entrenamientos de fuerza.
“Este tipo de terreno genera más fricción en las ruedas, lo que hace que el corredor tenga que hacer más potencia sobre los pedales, por lo que la cadera tiene que estar más fija y debe producir más presión sobre la silla”, dijo el experto.
Este tipo de ejercicios los hacen los preparadores físicos para poner a prueba la respuesta de los grupos musculares que utilizan los deportistas ante un esfuerzo de tal naturaleza. También permite evaluar si el proceso de cicatrización de sus lesiones va por buen camino, y si el cuerpo se adaptó a los aparatos que ayudaron a la recuperación de los huesos rotos.
El corredor ha estado entrenando por más de cinco horas diarias, lo que demuestra que quiere acumular tiempo sobre la bicicleta, con el objetivo de acercarse a las entre 800 y 1.000 horas anuales suman en condiciones normales. “En el momento están mirando cómo se recupera el ciclista día a día, los niveles de tolerabilidad del dolor al ponerle un terreno más fuerte de lo normal y si tolera esto, quiere decir que su proceso de recuperación está a punto de culminar y se acerca la hora de volver a correr”, concluyó el profesor Saldarriaga.
La fecha de regreso de Egan a las competencias es un misterio. Se había dicho que podría volver para la Vuelta a España, algo que él mismo desmintió la semana pasada. También se dijo que lo haría en la Vuelta a Burgos, que se correrá la primera semana de agosto, y aunque él ha manifestado que quiere retornar rápido, parece que aún no es el momento apropiado.
lo que la cadera tiene que estar más fija y debe producir más presión sobre la silla”, dijo el experto.
