Por: Carlos Tobar
El agua afecta todos los aspectos del desarrollo y se relaciona con la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además, impulsa el desarrollo económico, apoya los ecosistemas saludables y es fundamental para la vida.
Banco Mundial
Por estos días en la ciudad se atraviesa por uno de los períodos más calurosos del año. Todos sin excepción sufrimos y nos quejamos de las altas temperaturas que debemos soportar. Solo mitigamos los impactos de un clima tan fuerte y agobiante apelando al agua para calmar la sed, refrescarnos, preparar los alimentos, etc.
Traigo a colación este recurso natural vital porque debiera ser la preocupación cotidiana de todos los ciudadanos. Qué tan conscientes somos de la importancia del agua en la vida de las sociedades es una pregunta que toca hacer, porque desafortunadamente muchos si no la mayoría viven como si siempre la tendremos disponible.
No se comprende que en Colombia y el Huila de manera particular somos privilegiados por la disponibilidad del agua dulce para el uso cotidiano.
Según el Banco Mundial “Alrededor de 2000 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura, 3600 millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y 2300 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos.”
Es tan grave la situación que innumerables organismos (internacionales, nacionales, regionales) y personas (expertos, dirigentes, ciudadanos del común), durante las últimas décadas han estado llamando la atención sobre el problema y la urgencia de atenderlo de manera oportuna y eficaz.
El mundo se enfrenta a una situación insostenible. Sin embargo, la solución a este problema creado por el hombre está en nuestras manos.
Para hacerlo hay que lograr la equidad y la sostenibilidad en todas partes. Se necesitarán enfoques diferentes para la gestión del agua, así como mayores inversiones, creatividad, mayor innovación y la creación de capacidades colectivas poderosas.
El primer paso es reconocer que los problemas que enfrentamos no son meras tragedias locales. Un ciclo del agua desestabilizado afecta cada vez más a todos los rincones del mundo.
No es solo la afectación del agua que podemos ver -el agua azul de ríos, lagos y acuíferos-, sino de un recurso de agua dulce fundamental – el agua verde presente en el suelo, las plantas, bosques y humedales, que se transpira y recicla a través de la atmósfera. El agua verde genera aproximadamente la mitad de las precipitaciones que recibimos en la tierra.
En resumen, estamos frente a un problema mayor al que no vemos que se esté atendiendo como se debe, no obstante que se incluyó como uno de los ejes del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.
Neiva, 09 de septiembre de 2024