Un informe de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer alerta que la bebida es un factor clave en el desarrollo de seis tipos de tumores, incluyendo mama y colorrectal.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Un reciente informe de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR) ha revelado la preocupante relación entre el consumo de alcohol y el desarrollo de distintos tipos de cáncer. Los datos muestran que el alcohol está asociado con el 40% de los casos de cáncer, afectando especialmente a seis tipos: cabeza y cuello, esófago, hígado, mama, colon y estómago. Los hallazgos resaltan que incluso el consumo ligero o moderado puede aumentar el riesgo, y el daño causado por el alcohol se intensifica cuando se combina con otros hábitos, como el tabaquismo.
Tipos de cáncer asociados al consumo de alcohol
El informe de la AACR señala que el consumo de alcohol contribuye directamente al desarrollo de cánceres en órganos que están en contacto directo con la sustancia o que son sensibles a sus efectos en el metabolismo:
1. Cáncer de cabeza y cuello: El alcohol incrementa el riesgo de cánceres en la cavidad oral, faringe y laringe. El efecto se potencia cuando se combina con el tabaquismo, aumentando la absorción de sustancias tóxicas.
2. Cáncer de esófago: El alcohol puede irritar y dañar el revestimiento del esófago, facilitando la aparición de células cancerígenas. Este riesgo es aún mayor en personas con deficiencia de la enzima que metaboliza el alcohol, lo que genera acumulación de acetaldehído, un compuesto tóxico.
3. Cáncer de hígado: El hígado, encargado de descomponer el alcohol, puede sufrir daños irreversibles con su consumo crónico, derivando en cirrosis y, eventualmente, en carcinoma hepatocelular, el tipo más común de cáncer de hígado.
4. Cáncer de mama: El informe destaca que incluso el consumo moderado de alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, debido a que el alcohol eleva los niveles de estrógeno y otras hormonas relacionadas con el desarrollo de tumores.
5. Cáncer colorrectal: El consumo frecuente de alcohol desde una edad temprana incrementa el riesgo de cáncer de colon y recto, siendo una preocupación creciente por su aumento en adultos menores de 50 años.
6. Cáncer de estómago: Aunque menos estudiado, el cáncer gástrico también está relacionado con el consumo excesivo de alcohol, especialmente en regiones donde su consumo es habitual junto con otros factores dietéticos y ambientales.
El daño celular causado por el alcohol
El consumo de alcohol afecta no solo a los órganos que lo procesan, sino que también daña las células a nivel genético. Al metabolizar el alcohol, el cuerpo produce acetaldehído, una sustancia cancerígena que puede dañar el ADN:
– Mutaciones genéticas: El acetaldehído provoca cambios en el ADN, interfiriendo con los procesos de reparación y regeneración celular, lo que incrementa el riesgo de desarrollo de tumores.
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– Interrupción en la reparación del ADN: Además de causar daño directo, el alcohol afecta los mecanismos de reparación del ADN, creando un entorno favorable para la aparición de cáncer.
– Exposición a otras toxinas: El consumo de alcohol puede hacer que los tejidos sean más permeables, permitiendo que otras sustancias carcinógenas, como las presentes en el tabaco, penetren y causen daño.
Tendencias preocupantes: aumento de cáncer en adultos jóvenes
Uno de los hallazgos más alarmantes es el incremento de ciertos tipos de cáncer en personas menores de 50 años, en especial el cáncer colorrectal. Según el informe, entre 2011 y 2019 se registró un aumento anual del 1.9% en los diagnósticos de este tipo de cáncer en adultos jóvenes, con el consumo de alcohol como uno de los factores posibles.
La evidencia sugiere que quienes comienzan a beber en la adolescencia y continúan en la adultez tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon o recto. Este fenómeno se atribuye al daño acumulativo que el alcohol causa en el sistema digestivo, junto con factores como la obesidad y el sedentarismo.
Consumo moderado vs. consumo excesivo: ¿hay un nivel seguro?
Durante años, se ha promocionado el consumo moderado de alcohol como beneficioso para la salud cardiovascular. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que incluso cantidades pequeñas pueden aumentar el riesgo de cáncer:
– Consumo moderado: Aunque las guías de salud pública recomiendan hasta un trago al día para mujeres y dos para hombres, estudios recientes cuestionan si realmente existe un «nivel seguro». Cantidades mínimas de alcohol han sido vinculadas a un mayor riesgo de cáncer de mama y colorrectal.
– Consumo excesivo: Este se asocia claramente con un mayor riesgo de cáncer de hígado, esófago y cabeza y cuello, así como con otros problemas de salud graves, como cirrosis y enfermedades cardíacas.
– El mito del consumo «seguro»: Aunque ciertos estudios sugieren beneficios del vino tinto, el informe enfatiza que el etanol, presente en todas las bebidas alcohólicas, es el principal carcinógeno.
La necesidad de mayor conciencia y prevención
La relación entre el consumo de alcohol y el cáncer está más clara que nunca. Reducir o eliminar su consumo es una medida preventiva esencial para disminuir el riesgo. Las autoridades de salud deben intensificar campañas de concienciación para educar al público sobre estos peligros y fomentar hábitos saludables que puedan salvar vidas.
A medida que crecen los estudios sobre el impacto del alcohol en la salud, la sociedad enfrenta el desafío de replantear su relación con esta sustancia, reconociendo sus riesgos y actuando para prevenir futuras generaciones de cáncer.
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