El legado amoroso que nos dejó Gabriel García Márquez en su novela “El amor en los tiempos del Cólera”
Tertulia El Botalón
El 8 de diciembre de 1982 se llevó a cabo la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez (1927-2014) celebrada en la Sala de Conciertos de Estocolmo y con muestras folclóricas del país, retumbaron los tambores y las voces de Toto la Momposina y los acordeones de la música que más le gustaba al escritor, los vallenatos. Tenía en ese entonces 55 años e iba en la mitad de su extraordinaria producción. Había publicado ya, junto con sus cuentos y artículos periodísticos, La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Cien años de soledad (1967). Sería luego que cumpliría su anhelo de escribir una novela sobre el amor. Fue así como lo hizo y hacia 1985, tres años después de recibir el Nobel publica “El amor en los tiempos del cólera”, considerada por los críticos como “una de las más bellas historias de amor en fondo y forma con un lenguaje en el que el autor refleja los muchos y desconocidos sentimientos. Describe magistralmente agonías y sensaciones amorosas. Se trata de una de sus novelas más poéticas hasta crear un tratado del amor, el romance, la pasión, el dolor y la espera”.
Con este marco histórico, la Tertulia el Botalón quiso recordar al Nobel en sus cuarenta años de haber recibido este magno premio y proyectó la película basada en su novela homónima “El amor en los tiempos del cólera”; la cual tuvo una maduración de 22 años para que su autor aracateño concediera sus derechos a la pantalla gigante y se proyectara en el 2007. Hoy después de 15 años la quisimos re-leer.
La cinta fue dirigida por: inglés Mike Newell y producida por el norteamericano Scott Steindorff, se dice que Gabo recibió alrededor de tres millones de dólares por los derechos de autor. Su rodaje se hizo en Colombia en locaciones de Cartagena, Barranquilla, Santa Marta y Mompox. Fue protagonizado por el español Javier Bardem, la italiana Giovanna Mezzogiorno y el estadinedense Benjamín Bratt. También participaron otros artistas colombianos como John Leguizamo y Catalina Sandino, entre otros. En la Banda sonora estuvieron los boleros compuestos, por petición del Nobel a Shakira, «Hay Amores» y «La despedida»; este último recibió la nominación al Globo de Oro a la mejor canción original en 2008. Se incluyó también su canción «Pienso en ti. La musicalización estuvo a cargo del compositor brasilero Antonio Pinto, que trabajó en cintas como Ciudad de Dios.
Con una impecable fotografía y una narración pausada en escenas que van y vienen en el tiempo, finales del siglo XIX principios del siglo XX en la costa Caribe de Colombia, época de penurias y guerras civiles en el país. A sus ciudades costeras llega la epidemia del cólera y los «síntomas del amor se confunden con los de esta enfermedad». Allí se narra la historia de Florentino Ariza, que es capaz de esperar 51 años, 9 meses y 4 días por el amor de su vida, de su diosa coronada, Fermina Daza.
Florentino se enamora perdidamente de Fermina. En su amorío -por cartas- siente todos los síntomas del cólera, epidemia que ha arrasado por aquella época la ciudad de Cartagena. Ella igualmente, sufre de fiebres, desmayo, vómito, dolor y agotamientos; En la acosa desde su adolescencia, pero las diferencias sociales y de carácter económico los separan. Pero lo más grave es “que el padecimiento del amor no se cura” y el enamorado lo vivirá toda su vida. Fermina contrae matrimonio con el doctor Juvenal Urbino quien había ayudado a contravenir la epidemia del pueblo, pero lamentablemente su unión matrimonial también se agota, “la rutina es como el óxido” afirma la obra.
No obstante, y ante empoderamiento de Florentino, el poeta continúa obsesionado durante el resto de su vida a la espera de la oportunidad de estar con ella. Durante su vida, éste sostiene 622 amores clandestinos con muchas mujeres, anónimas, viudas, solteras, que va registrando. Pero el sexo no le basta para llenar el vacío que tiene en su corazón, por la ausencia del amor de Fermina; bien se afirma “Amor del alma de la cintura para arriba y amor del cuerpo de la cintura para abajo”. Aguarda pacientemente y se da a la tarea de esperar el gran día en que el doctor Urbino muere para tratar de reconquistarla, pero, así y todo, al llegar esa fecha le será muy difícil, después de tantos años y ya envejecidos que se acepte su amor. Encuentra negación en ella, reproches por su infidelidad y luego el cuestionamiento de su familia que afirma que los “viejitos no se casan” y “que su amor es una cochinada”.
Al final y como lo escribe el autor, gana el amor, porque “este es un estado de gracia”, no es un medio es un fin en sí mismo; y es así como los novios terminan en una escena romántica rio abajo por el Magdalena, con una victoriosa bandera que tener el Cólera para que nadie los molesta, porque para ellos ahora “la vida no tiene límites”.
Aunque la cinta en su momento no tuvo la acogida que se esperaba, su recepción no fue la proyectada, porque la taquilla no alcanzó la inversión que se tuvo en la producción, los espectadores que estuvieron atentos en la secuencia de la trama de esta, disfrutaron de todo un “tratado” sobre el amor, so pretexto, de una epidemia que en contraste también la vivían, o quizás, la viven los enamorados. Interesante fue el diálogo final de la Tertulia en donde se comprobó la importancia de la obra en el cine, pese a la negación del público en su momento.
El disfrute para quienes no habían visto la película se hizo presente y la re-lectura para quienes tuvieron la oportunidad de repasarla, agradó mucho. Se considera que la obra cinematográfica, obviamente no supera ni es equivalente a la prosa de la novela original, pero se acerca a la esencia de lo que el autor quería manifestar sobre el amor verdadero, que pese a los años puede pervivir y salir vencedor. Lo cierto es que la obra literaria es la novela más romántica de García Márquez y que tiene un sitio privilegiado en la tradición y en el canon de la novelística universal de este tema. La película puede ser un estímulo para quienes todavía no se han leído la obra. ¡Queda en sus manos hacerlo!
