EL RINCÓN DE DIANA
Por: Diana Montes
Ayer, 17 de enero, cumplió 241 años nuestra entrañable ciudad de Garzón, territorio que fue elevado a la categoría de Municipio el 6 de septiembre de 1810. Su clima templado es calificado de excelente y su lugar el más armonioso de Colombia porque en él se encuentran personas buenas, amables, amantes de la paz y la armonía, donde se enriquece el espíritu y el alma.
Este territorio, antes de la conquista, fue habitado por los Tamas y los Andaquies, hasta que el 20 de septiembre de 1747 el virrey Sebastián de Eslava concede a un español de apellido Garzón, la licencia para adoctrinar los indígenas asentados entre Ríoloro y la Jagua. Por otra parte, se cuenta en una leyenda que el nombre de Garzón se originó porque en una laguna llamada Tocheré, apareció una garza, muy llamativa que nombraron Garzón. Esto ha originado debates históricos. De todas maneras, el historiador Rodrigo Silva nos asegura que la laguna fue disecada y que ahí fue construido el centro urbano de nuestra ciudad, lugar que se conocía como Garzoncito.
El espíritu emprendedor de los garzoneños ha ubicado al municipio en niveles muy importantes de la economía regional porque es un municipio cafetero por excelencia, productor de una variedad de artículos agropecuarios que han enriquecido la canasta familiar de los huilenses, pero también es un emporio ganadero comercial, artístico y artesanal.
En el campo industrial brilla por la fabricación de café molido, cuyos procedimientos tecnológicos lo ubican en un sitial de prestigio, por su excelente calidad, aromas y sabores.
El garzoneño también tiene una vocación comunitaria lo que le ha permitido un desarrollo social, político, económico y cultural pero la indiferencia de las autoridades no ha visto estas cualidades que pudieran canalizarse para emprender un proceso de desarrollo integral de sus gentes.
En estos momentos, cuando se inician los nuevos períodos administrativos del municipio y del departamento, todos aspiramos a que incluyan dentro de sus planes de desarrollo una serie de programas que favorezcan el impulso, el interés y los deseos de los moradores de Garzón.
Siempre pienso que Garzón es un propósito que tenemos que mantener siempre no solo en nuestros corazones sino en nuestras prácticas políticas, económicas y sociales.